opinión

Casa-Museo del carnaval

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Viendo lo que han tardado los patronos del futuro museo del carnaval en decidirse, tanto en la ubicación como en el diseño exterior del edificio, me estoy temiendo que cuando llegue el momento de resolver el proyecto del interior y, sobre todo, cuando haya que elegir su equipamiento y contenido, va a provocar una incertidumbre y nerviosismo, entre los autores y aficionados, que escucharemos voces de protesta desde todos los ámbitos. Los primeros en protestar seremos los autores, porque todos pensaremos que nuestras obras son las más apropiadas para formar parte de ese contenido ya que la mayoría argumentaremos que nuestros tipos, decorados, atrezos, músicas y letras son las excelencias de nuestra fiesta y por consiguiente las de más garantías para exponer en ese noble club. Saldrán corrientes a favor y en contra de todo tipo. Los puristas, que desearán ver al Batato en su foto de comunión o los modernos, que alzarán sus voces para que su pasodoble gritado y extravagante suene como hilo musical en todas las salas del museo. Veremos a los medios de comunicación escritos pugnando para que expongan en vitrinas blindadas las páginas de sus diarios más memorables dedicadas a nuestra fiesta y a medios orales clamando porque sus grabaciones antiguas e inéditas sean apreciadas en alguna sala destinada para ello. Rezo para que los técnicos encargados de esta labor sean los mismos que han realizado con gran criterio el yacimiento fenicio Gadir, situado bajo el Teatro de títeres. Espero que nuestro museo del carnaval tenga un plan museográfico y arquitectónico de la misma categoría que el del anterior nombrado y que esté dotado con la más avanzada tecnología de vanguardia, con dispositivos para reproducciones tridimensionales y recreaciones virtuales al igual que el mencionado, y espero que Europa y Diputación aporten el mismo dinero que para Gadir y, sobre todo, espero que sea pronto porque estoy viendo que más de uno saldremos en ese museo al igual que esos fenicios, embalsamados , eso sí, con antifaz.

Un museo del carnaval pero que aúne tradición, historia y modernidad, no queremos menos.