Más de 140 inmigrantes entran en Melilla tras un nuevo salto a la valla
Otros 150 subsaharianos fueron 'devueltos en caliente' después de una jornada en la que cerca de 800 africanos intentaron entrar en la ciudad
MELILLA.Actualizado:El perímetro fronterizo de Melilla vivió ayer una jornada complicada, algo que empieza a ser común en los últimos meses. Al final, 140 inmigrantes lograron superar la triple valla y penetrar en la ciudad autónoma, aunque fueron muchos más los que lo intentaron durante el día. Hasta 800 africanos, en dos oleadas masivas, trataron de saltar el vallado. Una vez más, el Ministerio del Interior recurrió a las cuestionadas 'devoluciones en calientes' para deportar a otros 150 extranjeros que fueron detenidos tras permanecer encaramados más de seis horas en la madeja de hierros y mallas.
Fue un día muy difícil también para las fuerzas de seguridad españolas. La virulencia y violencia, según la Delegación de Gobierno, con la que los inmigrantes irrumpieron en el perímetro pasó factura a los efectivos de los Grupos de Reserva y Seguridad (GRS) de la Guardia Civil, que son los que llevan el peso de la salvaguarda de la frontera. Un total de doce funcionarios resultaron heridos, tres de cierta consideración por contusiones durante las dos avalanchas al tratar de impedir la entrada de los sin papeles. Por su parte, seis de los 140 africanos que lograron entrar en la ciudad autónoma debieron ser atendidos en el Hospital Comarcal. Uno de ellos, el más grave, con un traumatismo en una pierna.
El primero de los intentos de salto fronterizo masivo tuvo lugar a las 6.00 horas de la mañana en la zona de Barrio Chino, uno de los puntos más calientes del perímetro, cuando 500 inmigrantes se abalanzaron contra la valla. Hasta 140 lograron superar el perímetro sin demasiados problemas antes del despliegue de las fuerzas de seguridad a ambos lados de la frontera. Otros 150 quedaron atrapados entre la primera y la tercera valla. Y allí, como ya se ha convertido en práctica habitual en los últimos meses entre los extranjeros que no consiguen su propósito, permanecieron más de seis horas vigilados por un amplísimo dispositivo policial, con cerca de una veintena de vehículos en la parte española.
Durante toda la mañana se vivieron momentos de tensión con continuos rifirrafes entre los agentes y los africanos subidos al muro de acero y concertinas de más de seis metros de altura. Las fuerzas de seguridad españolas llegaron, incluso, a usar gas pimienta para evitar que los inmigrantes pudieran seguir avanzando hacia territorio español ayudados por los flejes, esos alerones de ampliación de la valla concebidos para impedir el paso y que, en realidad, se han convertido en un trampolín para superar los obstáculos fronterizos.
«Viva Rajoy»
Algunos de los subsaharianos encaramados al perímetro, que incluso consiguieron arrebatar a los guardias las porras y el casco, hicieron amago de quemarse a lo bonzo mientras que no dejaron de lanzar gritos de «libertad», «viva España» o «viva Mariano Rajoy». Sin embargo, conforme fue avanzando la mañana las fuerzas de los inmigrantes fueron menguando y los que estaban subidos al vallado terminaron por entregarse a la Guardia Civil. El último, a las 12.20 horas. La suerte de los encaramados fue la misma de todos los inmigrantes que no logran romper el cerco y alcanzar a la carrera al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de la ciudad autónoma: su 'devolución en caliente' a Marruecos a través de una de las puertas de la valla, sin mayor papeleo ni burocracia.
La Guardia Civil todavía no había solventado esta última crisis fronteriza cuando las fuerzas de seguridad españolas se tuvieron que movilizar para frenar otro intento de asalto masivo, esta vez al norte del perímetro, junto a la Vaguada de Linares. A las 10.45 horas de la mañana otro contingente de unos 200 subsaharianos pretendieron asaltar la valla a plena luz del día. Sin embargo, este nuevo intento fue frustrado casi desde el inicio por las fuerzas marroquíes, que lograron impedir que los sin papeles se encaramaran siquiera a la valla.