El interés del bono español a diez años cae a su mínimo histórico
Actualizado:Que la tasa de paro de Estados Unidos haya caído del 6,7% al 6,3% en abril, creándose casi 300.000 puestos de trabajo, con los mejores registros desde el fin de Lehman Brothers, serviría de argumento para que cualquier inversor optara por adentrarse en la renta variable. Que el interés del bono español a 10 años en el mercado secundario cayera por debajo del 3%, su mejor marca histórica desde que existen registros, también. Pero no fue así. A los agentes del mercado les preocupa que, ante los atisbos de recuperación, la Reserva Federal norteamericana (Fed) pueda pensar en una subida de tipos de interés a medio plazo, algo que descolocaría muchas posiciones bursátiles. Se duerme placenteramente bien arropado. Pero sin esas coberturas monetarias y oficiales, la realidad de las bolsas sería demasiado dura.
Por eso, el Ibex-35 apenas subía en la última sesión hábil de la semana un 0,15%, hasta los 10.474 puntos. En ese mismo contexto, en otras etapas, el ascenso hubiera sido mucho mayor. Se topa el selectivo con lo que era una resistencia, y ahora una obsesión: la cota de los 10.500 puntos. El parqué está cerca de máximos y vigila de cerca el precipicio. En la semana en la que el selectivo liquidaba abril con un ascenso del 1,15% y culminaba el cuatrimestre apuntándose un 5,4%, culminaba esta semana subiendo un 1,6%. Al menos le servía para completar el tercer cierre semanal consecutivo al alza.
El mercado secundario volvió a dar muestras de mucha estabilidad. A la nueva nota de la deuda soberana, que Fitch otorgaba hace una semana, se unía el “rating” de la deuda en manos de la banca. Las perspectivas presentadas por el Gobierno en el cuadro macroeconómica animaban también al optimismo. Y el interés del bono español a 10 años finalizaba la sesión en el 2,974%. Con el rendimiento del “bund” alemán en el 1,45%, la prima de riesgo se situaba en los 145 puntos básicos.
En un contexto internacional marcado por la tensión ascendente que se vive entre Ucrania y Rusia, el precio del petróleo volvía a protagonizar una escalada que le llevaba hasta cerca de los 109 dólares, con un alza del 0,91%. El euro se mantiene estable en su cambio con el dólar, en los 1,386 dólares.
La mayor parte de los valores del selectivo acabaron la sesión en negativo, aunque con la banca en su conjunto cediendo posiciones y varios “blue chips” dejándose terreno, poco pudo hacer el Ibex-35 más que aguantar. Y lo hizo gracias a la revalorización experimentada por Telefónica, el valor con mayor peso ponderado en el índice, cuyas acciones subieron un 1,08%. La operadora sigue contando con el respaldo de la mayoría de los grandes inversores españoles. Entre enero y marzo, muchos de ellos ampliaron o mantuvieron sus posiciones en el valor.
Sin embargo, los títulos de otros grandes valores se dejaban posiciones, como en el caso de BBVA, que apenas avanzaba un 0,02%; Repsol, que cedía un 0,08%; Santander, que caía un 0,21%. Sólo Iberdrola se apuntaba a las ganancias bursátiles con unas plusvalías del 0,85%.
Más allá de los dos grandes bancos, el resto de entidades financieras culminaron la sesión con minusvalías, como las de Bankia (-1,50%), Bankinter (-1,09%) o Popular (-0,62%). Se salvó CaixaBank, con un ascenso del 1,53%.
Las ganancias vinieron lideradas una jornada más por BME (4,22%), Sacyr (3,55%) o Técnicas Reunidas (3,32%).
En el Mercado Continuo, los principales avances llegaron de la mano de Testa Inm. (11,15%), Codere (5,81%) y CVNE (5,52%), frente a las pérdidas de Montebalito (-4,66%), Inm. Colonial (-2,99%) e Iberpapel (-2,86%).
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