Economia

«En el acuerdo para subir salarios podría dejarse a cada empresa y sector decidir el suyo»

El líder sindical entiende que la negociación con CEOE no tiene que incluir una cifra concreta y que ya no vale el 'café para todos' Ignacio Fernández Toxo Secretario general de CC OO

M ADRID. Actualizado: Guardar
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El secretario general de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, sigue defendiendo la necesidad de pactos y la validez de la negociación y el diálogo, pero alerta de la posibilidad de un estallido social.

-¿Han avanzado en la negociación tras la reunión que mantuvieron con el presidente del Gobierno y los empresarios en La Moncloa el pasado mes de marzo?

-De momento estamos intentando ponernos de acuerdo en la definición del escenario y ahí hay lejanía. Me parece excesivamente optimista el diagnóstico del Gobierno. Se ha frenado la destrucción de empleo, pero no estamos creando empleo. Si acaso, lo que hay es un reparto del mismo trabajo entre más gente y precisamente a través de las formas precarias de contratación.

-¿No cree entonces que se vaya a crear empleo neto este año como dice el Gobierno o la CEOE?

Tengo serias dudas. Si se siguen ajustando los servicios públicos de sanidad, educación, dependencia., es difícil pensar que con niveles de crecimiento del 1,2% del PIB vayamos a tener empleo neto.

-¿Y cómo está la negociación con las organizaciones empresariales?

-Estamos explorando las posibilidades de un acuerdo de salarios. Tienen que tomar mayor protagonismo, con ganancia de poder adquisitivo, para dinamizar la demanda. Todavía hay resistencias importantes. Hay un tiempo útil para el acuerdo y, si lo va a haber, debería estar definido de aquí al verano. Nosotros estamos ofreciendo un periodo prolongado de estabilidad laboral en las empresas, pero los salarios tienen que ganar capacidad de compra porque es lo que va a mover el consumo y generar mejores condiciones para el empleo.

-Los sindicatos piden que suban los salarios, pero la CEOE lo descarta.

-Yo he notado un cambio de actitud en la patronal, aunque no se ha traducido en declaraciones públicas, pero en su fuero interno saben que si no se gana poder adquisitivo no habrá consumo y se seguirá destruyendo tejido empresarial. Confío en poder convencerles. No es necesario ponerle un dígito al crecimiento de los salarios. Podría enviarse una indicación genérica para que sean los sectores y las empresas quienes fijen la cuantía de la mejora de los salarios, de manera que no utilicemos la técnica del café con leche para todos. Hay unas compañías que están mejor que otras, sectores más expuestos a la competencia internacional y, si las empresas priorizan la creación de empleo, también se puede tener más flexibilidad en los salarios nominales.

-¿Hasta dónde está dispuesto a llegar para lograr un Pacto de Estado o un acuerdo?

-El Pacto de Estado lo veo difícil. Pero vamos a seguir insistiendo. No hay mucho tiempo porque la situación de la gente se sigue deteriorando. Tenemos la tormenta perfecta en forma de crisis política, institucional, territorial. Sinceramente, pienso que en este país falta visión estratégica, especialmente en momentos electorales. Me preocupa que con esta ilusión de que se está saliendo de la crisis, de que las empresas vuelven a los beneficios y los bancos ganan más dinero, la gente llegue a la conclusión de que aquí todo mejora menos su situación, y que se esté incubando un estallido social de proporciones en nuestro país.

-Y si no hay pacto.

-En ausencia de esto, hay que buscar elementos de dinamización del empleo y un gran acuerdo sobre protección social. Defendemos una renta mínima y aplicar el IVA superreducido a todos los elementos básicos de la cesta familiar: la alimentación, la luz, el gas. Y moderando los beneficios empresariales.

-¿Los sindicatos han perdido protagonismo y credibilidad?

-Sería tonto si dijera que siguen como estaban. La crisis ha erosionado a todo el mundo. Pero también hay cifras, como la afiliación o las elecciones sindicales, que contradicen esa imagen que se pretende dar de unos sindicatos desnortados.

-¿Le ha pasado factura la foto con Rajoy en la Moncloa? ¿Hay críticas dentro del sindicato al acercamiento al Gobierno?

-Es normal que en una situación económica tan delicada, mucha gente no entienda que se vaya a la Moncloa. Afortunadamente en esta organización ya hay una cultura muy extendida del diálogo. No he escuchado ninguna crítica en el sentido de que no haya que hablar con el Gobierno; sí he oído alguna sobre la oportunidad. En estos momentos, el Gobierno está más permeable y son estas circunstancias las que hay que aprovechar. Hay quien dice que la reunión es un balón de oxígeno para el Ejecutivo. Si se plantea desde el interés de un partido de izquierdas, yo le preguntaría a ese partido '¿Qué favorece más al Gobierno: una foto con los sindicatos o la dispersión de la izquierda?'