Multitudinaria despedida al teniente fallecido en el accidente aéreo de Canarias

La capilla del Cementerio Mancomunado de la Bahía de Cádiz volvió ayer a quedarse pequeña para acoger a todas las personas que quisieron dar el último adiós a Sebastián Ruiz Galván, el teniente chiclanero fallecido en el accidente del helicóptero del SAR (Servicio Aéreo de Rescate) que tuvo lugar el pasado 19 de marzo cuando realizaban unos entrenamientos en aguas de las Islas Canarias.

Amigos, compañeros y autoridades civiles y militares acompañaron a la familia durante la ceremonia religiosa y, posteriormente, desfilaron tras el coche fúnebre, cubierto de flores y escoltado por militares, hasta el lugar donde finalmente se le dio sepultura al joven chiclanero. Sus restos mortales llegaron a Chiclana el domingo después de que se celebrase en Telde (Canarias) un funeral de Estado en el que Pedro Morenés, ministro de Defensa, otorgó a título póstumo la Cruz del Mérito Aeronáutico, con distintivo amarillo, a los cuatro fallecidos en el accidente.

Junto a Sebastián Ruiz Galván, de 29 años, viajaban en el helicóptero siniestrado el capitán Daniel Pena Valiño, la teniente Carmen Ortega Cortés y el mecánico sargento Carlos Caramanzana Álvarez. A todos ellos también se recordó durante el funeral en Chiclana. El quinto ocupante, el sargento Johander Ojeda, fue el único rescatado con vida a los pocos minutos del siniestro.

El entierro del joven teniente en su ciudad natal, por expreso deseo de la familia, tuvo lugar una semana después de que la empresa Phoenix International, especializada en este tipo de búsquedas, encontrase a más de 2.300 metros de profundidad gran parte de los restos del helicóptero y los cuatro cuerpos que se hundieron atrapados en él.

Ahora la Comisión de Investigación Técnica de Accidentes de Aeronaves Militares continúa con la investigación abierta para determinar cuáles fueron las causas del accidente que tuvo lugar al sur de Fuerteventura.