Mi admirada Mónica Oriol
Actualizado: GuardarDesde que accedió a la presidencia del Círculo de Empresarios he sido un fiel lector de sus artículos. Con toda seguridad sus apreciaciones, diagnósticos y soluciones a los problemas que arrastra la economía española han sido ejemplares. Ha sido valiente, lo es y con seguridad lo seguirá siendo. Dice el refrán que 'de casta le viene al galgo', por eso confío en que siga en su particular cruzada.
La presidenta del Círculo de Empresarios, ha admitido que se equivocó en su alocución, en un foro de economía y empresa, en donde pedía rebajar el salario mínimo a los jóvenes sin formación. Afirmó que actualmente hay un millón de personas «con cero cualificación» y un salario mínimo, a quienes las empresas están obligadas a pagar «aunque no valgan para nada». A continuación y visto el follón originado manifestó: «me equivoqué en la manera en que me expresé. Lo siento y pido disculpas». Siguió su justificación manifestando que al hablar de los jóvenes sin formación «utilicé una expresión muy poco afortunada, que ha dado lugar a interpretaciones totalmente contrarias a lo que yo misma pienso», ya que «todas las personas tienen dignidad y valía, con independencia de su formación profesional».
El refranero español viene al caso, 'el que tiene boca se equivoca', de igual manera que 'el que corrige también'. Nadie duda que las expresiones utilizadas no han sido apropiadas, pero el fondo de la cuestión es digno de reflexión. Después de ello, llego a la conclusión que en el trasfondo del debate, dejando de lado la cuestión semántico-lingüística, está absolutamente cargado de razón. Se refería a la necesaria e imperiosa necesidad de articular un sistema de formación profesional de naturaleza dual, de similares características al alemán, donde se compatibiliza trabajo y formación en el que no rige el salario mínimo. A fecha de hoy en Alemania no existe dicho concepto y nadie duda de la eficacia y productividad de su economía. La crisis económica alemana de comienzos del milenio, fue posible superarla en parte por las políticas de impulso económico propuestas por la socialdemocracia alemana del SPD, quien impulsó los 'mini jobs' y solventó uno de los principales males que padecía dicha economía.
Señora Oriol, todos mis respetos. Sólo «los que friegan los platos, los rompen en ocasiones». Aquí, en España, pocos pueden presumir de tener una vajilla lustrosa. Solo se presume de tenerla, aunque la mierda depositada impida su uso.