Uno de los observadores retenidos por los rebeldes prorrusos entra, ayer, en la sala donde se hizo la rueda de prensa. :: GLEB GARANICH / REUTERS
MUNDO

Los rebeldes prorrusos exhiben a los observadores como trofeo de guerra

Los separatistas se hacen fuertes en el este del país ante la debilidad de Kiev, que admite la captura de otros tres oficiales

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La República Popular de Donetsk (RPD) está en guerra con el Gobierno de Kiev y la captura de la misión de observadores militares internacionales es un trofeo en manos rebeldes. Los ocho europeos del grupo retenido el viernes en las proximidades de Slaviansk fueron mostrados a la prensa internacional en una comparecencia presidida por el auténtico hombre fuerte de la ciudad, el autoproclamado alcalde Viacheslav Ponomaryov, que a última hora de la tarde anunció la liberación del militar sueco del grupo «por motivos médicos», detallaron medios rusos. Ponomaryov aclaró que «no son rehenes, son nuestros huéspedes», pero inmediatamente los calificó de «prisioneros de guerra» porque se trata de «militares que han entrado a nuestro territorio sin permiso».

El coronel alemán Axel Schneider ejerció de portavoz del grupo y aseguró que «estamos recibiendo buen trato». Serio, midiendo cada palabra y con rostro muy cansado, el oficial germano fue diplomático a la hora de referirse al alcalde, sentado a su lado con su inseparable chaqueta negra de chándal y escoltado por un encapuchado, al que agradeció el «buen trato». Schneider aclaró que «no somos espías» y lamentó que sus captores «desconocen la Carta de Viena y no saben en qué consiste nuestra misión». El oficial aseguró «no tener constancia» de las gestiones de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) para su liberación y terminó su comparecencia deseando que «todo se solucione pronto y nos liberen a los extranjeros, pero también a los militares ucranianos que nos acompañan». En la mesa faltaban los cinco soldados ucranianos que viajaban en el mismo autobús que los europeos de los que «cuatro siguen con nosotros, pero no sabemos dónde está el quinto», aclaró Schneider.

Los militares -cinco ucranianos, tres soldados alemanes, un traductor alemán, un soldado de la República Checa, otro de Polonia, otro de Suecia y otro de Dinamarca- pertenecen a un equipo de verificación militar invitado al país por el Gobierno de Kiev, pero no son parte del contingente de cien observadores enviados por la OSCE al país a finales de marzo con la aprobación de Moscú y que durante seis meses permanecerá desplegado por todo el país.

Asalto a la televisión

Las paramilitares se mostraron dispuestos a la liberación de los europeos a cambio de prisioneros que están en manos del Gobierno de Kiev. La lista de capturas aumenta cada día en Slaviansk ya que, además de los observadores militares, los milicianos tienen en su poder a una decena de periodistas y activistas ucranianos, a la alcaldesa electa de la ciudad, Nelia Shtepa, y los últimos en sumarse a la lista fueron tres oficiales de la seguridad nacional (SBU).

«Son combatientes de la unidad especial Alfa del Servicio de Seguridad de Ucrania», indicó a la agencia rusa Itar-Tass el responsable de las fuerzas de autodefensa de Slaviansk, Igor Strelkov, quien detalló que «fueron capturados cuando estaban realizando una labor de combate que buscaba apresar a miembros de la milicia popular en Gorlovka». El SBU admitió la detención de sus hombres que se encontraban en Gorlovka «para detener al presunto asesino de Vladímir Rybak», el concejal de la localidad detenido por las milicias separatistas tras intentar arriar la bandera rusa del ayuntamiento y que apareció a los pocos días muerto en el río con signos de tortura.

La seguridad en los puestos de control de acceso a la República Popular de Donetsk (RPD) es cada vez más rigurosa. Hay que alejarse 25 kilómetros al norte para encontrar el primer puesto de control del Ejército de Ucrania, situado en Dolina, por lo que no se percibe «el cerco de Slaviansk» anunciado por el Gobierno de Kiev tras el final de la tregua de Pascua. Visitando los alrededores de Slaviansk se ven más tanques en los monumentos en honor al papel del Ejército Rojo durante la II Guerra Mundial que blindados de un Ejército ucraniano escaso de efectivos y sin capacidad de cumplir las órdenes de Kiev que sólo quedan en palabras. Los militares han colocado carteles de «peligro, minas» en las cercanías del puesto de control.

Slaviansk es la línea del frente, la frontera de la RPD que los milicianos blindan con sus puestos de control y donde el próximo 11 de mayo aspiran a celebrar un referéndum de autodeterminación. Miles de personas se echaron a las calles de las principales ciudades de la región para mostrar su apoyo a la consulta, según Itar Tass, que cita a medios locales. La mayor movilización se registró en la plaza Lenin de la capital, Donetsk, donde los separatistas asaltaron además la sede de la televisión e inmediatamente sintonizan los canales rusos, bloqueados por decreto del Gobierno de Kiev.

periodistas y activistas ucranianos también permanecen retenidos por los rebeldes prorrusos junto a la alcaldesa electa de la ciudad, Nelia Shtepa, y otros tres oficiales de la seguridad nacional (SBU).