PP y PSOE recurren al discurso clásico de izquierda contra derecha
Buscan arrastrar a sus más fieles a las urnas y frenar la fuga de apoyos a las opciones minoritarias con la reivindicación del voto útil
MADRID. Actualizado: GuardarTanto el PP como el PSOE han decidido reducir sus mensajes principales de precampaña al discurso clásico de izquierda contra derecha. Su objetivo parece doble, combatir el desencanto que afecta a buena parte de su electorado tradicional con la llamada al cierre de filas contra el enemigo ideológico, para que no duden en acudir el próximo 25 de mayo a las urnas, y minimizar en lo posible la fuga de apoyos a las opciones minoritarias, como IU o UPyD, con la invocación al voto útil. Solo los socialistas son lo suficiente grandes en Europa como para cambiar los duros ajustes y recortes que atribuyen a la derecha, o solo los populares tienen fuerza continental bastante como para evitar, aseguran, que la izquierda vuelva a llevar a la UE al borde de la quiebra.
Elena Valenciano, la número uno del PSOE a Estrasburgo, aseguró que el 25 de mayo «hay que decir un no como una casa a la derecha de Artur Mas, Mariano Rajoy y Angela Merkel», porque hay que elegir «entre más de lo mismo o el cambio en Europa». No duda de que «solo los socialistas pueden cambiar el rumbo de una UE que ha hecho mucho daño en los últimos años», lo mismo que cree que en España «solo la izquierda (del PSOE)» puede terminar con la política de Mariano Rajoy, «que no piensa en las personas».
El número tres del PSOE, Óscar López, insistió en la misma idea. Votar a su partido en las europeas es decir no al «austericidio» de la UE y a «la reforma laboral, la ley del aborto, los recortes de pensiones, el copago, y a todo lo que hace Rajoy».
Valenciano no se olvidó de que estaba en Barcelona cuando recordó que lo trascendente es la lucha contra el paro y el empleo precario y no los conflictos soberanistas. Dijo que el apoyo al PSOE y al PSC, a cuya dirección dio todo su «cariño», es «un voto para la Europa sin fronteras», porque «a los socialistas no nos gustan las fronteras».
Platos de lentejas
El discurso en blanco y negro se repitió en el otro lado, sobre todo en las palabras del número dos de la lista europea del PP, Esteban González Pons. Defendió que en España «solo hay dos modelos». El socialista, que, «matemáticamente», deja al país siempre que gobierna «en la ruina, la recesión, y en unos altísimos índices de paro». Y el del PP, «que crea empleo y arregla los problemas, que toma medidas duras, pero con la cabeza y no con el corazón». Como ilustración a su teoría, añadió que «Felipe González dejó un país arruinado que Aznar arregló, y que Zapatero heredó un país próspero, dejándolo otra vez en la ruina, que es el que ha heredado Rajoy».
El número uno de la lista popular, Miguel Arias Cañete, siguió con la dicotomía y afeó a los socialistas que, tras dos años y medio en la oposición, aún no hayan pedido perdón a los españoles por el «daño» que hizo el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y por los millones de parados y la «miseria» que dejó, y que le ha tocado arreglar, con sacrificios, pero con acierto, claro, a Rajoy.
De hecho, la mayor parte del discurso de Cañete en Castellón lo dedicó a denigrar a Zapatero -«que por donde pasó no dejó un banco vivo»- y a asegurar que despilfarró la labor continental realizada por José María Aznar, a quien reivindicó con insistencia aunque el PP no vaya a contar con él en la campaña. «Aznar -como cree que ahora hace Rajoy- negoció el máximo poder que ha tenido España en la UE y Zapatero lo entregó por un plato de lentejas».