Desfondado y sin reacción

Demasiado larga ha sido la temporada para un Cádiz B que en la segunda vuelta se ha desfondado. La brillante trayectoria del filial cadista en la primera vuelta de la competición no se asemeja en nada al segundo tramo liguero. Sin ir más lejos, 13 puntos de los últimos 48 puntos puestos en liza (sin contar el duelo ante el retirado Ayamonte) son el fiel reflejo de esta situación.

En otras palabras, 22 puntos menos que todos los logrados en una primera vuelta ilusionante. Un balance negativo que dejará al Cádiz B en la zona media-baja de la clasificación. Al fin y al cabo, un curso que quedará en el olvido.

Y ayer tuvo lugar un nuevo episodio de esta historia en El Rosal. Allí se presentaba el Cabecense, un rival con escasas opciones de 'play off' pero que también se aprovechó del mal momento local.

Los locales acudieron con numerosas e importantes ausencias a la cita. Todo fuese por ayudar a Cádiz y Balón, los dos equipos de la entidad amarilla que este fin de semana sí se jugaban la vida. Y al final pasó factura la decisión en el equipo entrenado por Bermúdez.

Un solitario gol de Gabriel a los diez minutos del inicio de la contienda fue suficiente para que los rojinegros se hicieran con los tres puntos. El tempranero tanto del ariete rojinegro, que se adelantó al meta juvenil Adrián, marcó el devenir de una cita en la que el Cádiz B no terminó de encontrar su sitio sobre el césped.

El filial buscó la igualada por medio de Diego, pero los minutos pasaban y el Cabecense cada vez se sentía más cómodo.

La segunda mitad comenzó con cambio de cromos en los gaditanos, aunque Jesús, uno que ya estaba desde el inicio, tampoco estuvo fino ante Revuelta. Fue una de las ocasiones más claras de un Cádiz B espeso arriba frente a un adversario veterano y eficaz. Es más, la puntilla pudo llegar en una jugada en la que Adrián, el palo y Rubén Díaz evitaron la sentencia de Reguera y Gabriel.

Otros tres puntos se escaparon en una temporada que llega a su fin con más pena que gloria.