Un punto con sabor a Tercera
El Atlético Sanluqueño obtiene un insuficiente empate ante El Palo en El Palmar
SANLÚCAR.Actualizado:Sólo queda rezar. Y las súplicas tampoco podrán cambiar el destino. Todo quedará en salvar el honor, defender el escudo hasta el final y no bajar los brazos. Es lo que le queda a un Atlético Sanluqueño que ayer dijo prácticamente adiós a la categoría de bronce tras empatar en El Palmar frente a El Palo. Fue bonito mientras duró.
Estaba prohibido tropezar y los locales eran conscientes de ello. Había que ganar por lo civil o por lo criminal. No quedaba otra opción. Seguir con vida dependía de eso. De eso y del resto de resultados. Demasiadas causas pendientes, demasiada desventaja para llegar con ilusiones a la recta final del ejercicio.
Tal y como era de esperar, el Atlético Sanluqueño apostó por el empuje desde el pitido inicial, pero los malagueños frenaron el derroche verdiblanco. Los hombres de Rafa Muñoz estuvieron muy bien plantados sobre el césped con el paso de los minutos y sólo sufrieron algo con un remate del canterano Juanito tras centro del activo Antonio Moreno.
Y así, sin novedades, transcurrió todo hasta que Rafita se marcó un 'slalom' por la derecha y puso la pelota en las botas de Gerrit, que no perdonó y superó la salida de Fernando Molero con un tiro cruzado. Pasaba ya media hora y el nerviosismo se instalaba en El Palmar. De hecho, a continuación se paseó un balón por el área local y otro Antonio Moreno, el excadista y delantero de El Palo, dejó un balón en la frontal del área en las botas de Gerrit, que remató a las nubes. Sufría el equipo local, la intranquilidad pasaba factura.
Pero a Puma no le tembló el pulso y buscó dar un giro a la situación dando entrada a Poley por Peral poco después de la media hora. La jugada dio resultado. Una falta lateral fue botada por Óscar Silva y Oca emergió entre los zagueros costasoleños para superar a Pagola con un cabezazo ajustado a la cepa del poste. La ilusión se reactivaba. La gesta era posible. Había vida.
Óscar Silva tuvo la llave
El gol psicológico daba alas a los locales, que empezaron la segunda parte mordiendo a su adversario. Buena prueba de ello es que Óscar Silva pudo hacer el 2-1 antes de dejar su sitio a Abel Luque. El sanluqueño, héroe hace un mes ante el San Fernando, se quedó esta vez a las puertas de la gloria. Unos centímetros, los que separan el palo de la red, evitaron la algarabía.
También José tuvo en su cabeza el segundo, mientras que Antonio Moreno seguía entrando como un puñal por su banda y Poley colocaba el peligro a balón parado. En una de esas, el cuero se quedó en los pies del capitán Dani, que no pudo superar a Pagola. Tampoco tuvo suerte Poley con un libre indirecto dentro del área que se estrelló en la barrera. Los sanluqueños apretaban de lo lindo frente a un rival agazapado, pero la remontada no llegaba.
Si tocaba morir... que fuese en la orilla. Era la premisa de Puma a sus pupilos y éstos captaban una semana más el mensaje, aunque El Palo supo sufrir y enfriar el partido con el paso de los minutos. Jugó bien sus cartas y aprovechó que las molestias físicas de Óscar Silva y Antonio Moreno, que dejaron sin tanto juego por bandas a los de casa.
Garra no faltaba, pundonor tampoco, pero el tiempo pasaba y, para colmo, Juanito era expulsado con doble amarilla en el 85'. Más difícil todavía se ponía la situación, que pudo llegar a su fin con una peligrosa contra que acabó con un lanzamiento cruzado de Javilillo al palo.
Pese a todo, el Sanluqueño se lanzó a tumba abierta en busca de la gesta. Oli también dejó a su equipo con diez, Salvi y Juanse tuvieron en sus botas las últimas opciones, al tiempo que Fernando Molero se sumó al ataque a la desesperada.
Todo quedó ahí. Nada se puede hacer frente al poder de las matemáticas.