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Desesperado mensaje de socorro de Kiev

Ucrania alerta del peligro de un conflicto bélico mientras Moscú recibe críticas incluso de aliados

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Las nuevas autoridades ucranianas, que planean llevar a cabo unas elecciones presidenciales el 25 de mayo, observan con impotencia cómo Rusia saca músculo en la frontera y amenaza con consumar la invasión del país. Dudan de sus propias fuerzas para detener un eventual ataque y de que Occidente consiga evitarlo. En este contexto, el primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, lanzó ayer un desesperado mensaje de socorro. «Los intentos de Rusia de consumar su agresión en territorio ucraniano conducirán a un conflicto bélico en territorio europeo», aseguró Yatseniuk en una comparecencia televisiva. «El mundo mantiene aún frescos los recuerdos de la Segunda Guerra Mundial y Rusia ya quiere desencadenar la tercera».

El jefe del Gobierno ucraniano subrayó además que «toda la responsabilidad por esa agresión y por poner en peligro la seguridad internacional recae totalmente sobre Rusia». Yatseniuk cree que el presidente Vladímir Putin se comporta «como un gánster armado hasta los dientes que se dedica además a dar apoyo y cobijo a terroristas».

El mandatario ucraniano está convencido de que Moscú busca «reventar las elecciones presidenciales, acabar con el Gobierno, que es prooccidental, y ocupar Ucrania política y militarmente». Acusa además a Rusia de patrocinar a «bandidos que torturan a ciudadanos pacíficos». «Si Estados Unidos, la Unión Europea y toda la comunidad internacional continúan unidos y actuando conjuntamente para forzar a Rusia a cumplir con sus obligaciones, entonces mantendremos la paz, la estabilidad y el sistema de seguridad internacional que Rusia quiere destruir», manifestó Yatseniuk.

Precisamente hoy el primer ministro ucraniano será recibido por el papa Francisco en el Vaticano. Yatseniuk acude a Roma para asistir a la ceremonia de canonización de los papas Juan XXIII y Juan Pablo II, que se celebra mañana.

La situación es otra si se mira desde Moscú. El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, estima que el país que se dedica realmente a «chantajear» a quienes no comparten su política exterior es EE UU. En una reunión con jóvenes diplomáticos de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), Lavrov sostuvo que «no obligamos a nadie, no chantajeamos a nadie con amenazas de suprimir ayudas si no se vota como se debe. Así hacen los estadounidenses». Se refería al resultado de la reciente votación en la Asamblea General de la ONU que negó validez al referéndum de Crimea del 16 de marzo para la incorporación a Rusia. «Nosotros no empleamos tales métodos, somos gente respetuosa», aseveró. El jefe de la diplomacia rusa lamentó que otros países de la CEI, la mayoría de las antiguas repúblicas soviéticas, no ayudaran a Moscú en aquella votación. Lo hicieron sólo Bielorrusia y Armenia.

Pero hasta esos países han dejado de respaldar a Rusia ante la posibilidad de que lance un ataque contra Ucrania. La llamada Asociación del Este, que incluye a Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Georgia, Moldavia y Ucrania, firmó ayer en Praga un escrito solicitando a Moscú que retire sus tropas de la frontera. «Hemos acordado unánimemente recomendar a Rusia que, como gesto de paz, saque su ejército de la frontera con Ucrania», dijo el presidente checo, Milos Zeman, anfitrión de la reunión. Y Bielorrusia y Armenia estamparon también su firma.

Amenaza contra Kazajstán

La semana pasada, Kazajstán, otro de los más íntimos aliados de Moscú, también llamó al cese de la presión militar sobre Ucrania. El presidente kazajo, Nursultán Nazarbáyev, se dijo contrario a interferir en los asuntos internos de Kiev. Se da la circunstancia de que algunos diputados rusos, incluyendo militantes de la formación oficialistas Rusia Unida, han exigido también la anexión de los territorios de Kazajstán que formaron parte de Rusia y ahora están habitados mayoritariamente por rusos. Lavrov descalificó por «vergonzosos e inaceptables» los reproches de los amigos.

Por su parte, la presidenta del Senado ruso, Valentina Matviyenko, criticó las amenazas de nuevas sanciones y la operación «antiterrorista» que Kiev mantiene en la zona oriental del país. «Ni los carros blindados -del Ejército ucraniano- ni Occidente ayudarán. Sólo el diálogo y la satisfacción de las demandas democráticas permitirán encontrar la solución», reclamó.