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Ganarlo todo... y esperar
Las cuentas verdiblancas para la salvación pasan por sumar 42 puntos, vencer en los tres partidos, y confiar en que varios de sus rivales no lleguen a esa cifra El Sanluqueño recibe al Palo sin más opción que la victoria
Actualizado: GuardarLas cuentas, muy claras. En el Atlético Sanluqueño la situación es acuciante, pero al menos se han marcado un objetivo al margen de lo que ocurra en este último tramo de la liga. Hay que ganarlo todo... y luego esperar a que varios de sus rivales no alcancen los 42 puntos con los que acabarían si alcanzan las tres victorias.
Opciones existen. Los verdiblancos tienen en su mano la posibilidad de salvar la categoría después de una temporada en la que prácticamente se daba por descendido al inicio de la segunda vuelta. Y mantienen esas opciones por el orgullo que siempre ha caracterizado a este club. Rendido, casi muerto, ha vencido en los tres últimos encuentros en El Palmar y se llevó el botín mayor de Écija, tropezando sólo en Carranza y ofreciendo una grata imagen. Puma ha cambiado la mentalidad de sus chicos, el nivel ha subido, el número de errores ha bajado muchísimo y por ello se encara con optimismo el duelo adelantado de la jornada.
El cuadro local recibe en El Palmar al CD El Palo, un adversario rocoso al que le vale el empate para alcanzar precisamente esos 42 puntos. Sería un paso decisivo para la permanencia y lo lucharán con todas sus armas: una buena defensa y aprovechando sus oportunidades arriba.
Poco importa ya el nombre del contrario en el fortín de Sanlúcar. Puma y los suyos están mentalizados. Regresa al grupo Gonzalo Poley, una alternativa más para el técnico coriano. Los demás están dispuestos para la batalla, y con su empuje y su fortaleza en la estrategia pueden doblegar a una escuadra que baja su rendimiento lejos del césped natural de San Ignacio. No ganan fuera desde el 1 de diciembre del año pasado en La Línea.
Primero El Palo. Luego Lucena y finalmente La Hoya Lorca. Imposible era hace un par de semanas. Ahora el milagro puede convertirse en realidad. Pero puede esfumarse con un ligero traspié. No hay margen de error, y en esta ocasión el tópico no puede ser más acertado.