Sociedad

«Dios nos dejó la herencia de ser servidores», dice el Papa en el lavatorio de pies

Francisco muestra dificultades físicas para arrodillarse y levantarse durante este acto tradicional en una iglesia de Roma

ROMA. Actualizado: Guardar
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El Papa Francisco volvió a protagonizar ayer una de esas escenas que han hecho de su pontificado uno de los más mediáticos de la historia. El argentino volvió a arrodillarse este Jueves Santo para cumplir con su particular ritual de lavarle los pies a doce discapacitados. El acto, que fue celebrado en la Iglesia 'Fondazione Don Carlo Gnocchi-Centro Santa Maria della Provvidenza', situada a las afueras de la capital italiana, conmemora la última cena de Jesús con los doce apóstoles antes de ser arrestado y condenado a muerte.

Francisco dio muestras de agotamiento en ciertos momentos. Aun así, con la ayuda de dos religiosos superó las dificultades físicas para arrodillarse y levantarse del cojín blanco en el que se apoyaba antes de verter el agua, secar y besar los pies de los escogidos, entre los que se encontraba un joven musulmán.

«La herencia que Jesús nos dejó es la de ser servidores, unos a los otros», dijo Francisco en su sermón al comenzar el ritual «Lavar los pies es un gesto simbólico, porque eran los esclavos, los siervos, los encargados de lavar los pies a los invitados», aseguró.

Los doce discapacitados, de distinta edad y nacionalidad, de entre 16 a 86 años, sufren de enfermedades degenerativas, patologías que los inmovilizan o problemas ortopédicos, oncológicos o neurológicos. El año pasado, el Papa lavó los pies a un grupo de jóvenes detenidos, entre ellos dos chicas, en la cárcel para menores de Roma de 'Casal del Marmo', en una inédita ceremonia de Jueves Santo. Cuando el Papa era el cardenal Jorge Bergoglio solía celebrar la misa del Jueves Santo con el lavatorio de pies en cárceles, hospitales, residencias para ancianos u hospicios para pobres.

Las celebraciones de Semana Santa continuarán hoy con el tradicional Vía Crucis, que conmemora el calvario de Cristo antes de la crucifixión, que este año será dedicado a los sufrimientos que aquejan al mundo moderno: mafia, guerra o droga.

El Papa, que por segundo año presidirá el sugestivo Vía Crucis alrededor del Coliseo, en el que según la leyenda perdieron la vida miles de los primeros cristianos, este año pidió al obispo italiano de Campobasso, Giancarlo Bregantini, conocido por sus batallas contra la mafia, escribir las meditaciones que tradicionalmente se leen en cada una de las 14 estaciones del calvario padecido por Cristo.

Mañana Francisco presidirá la vigilia pascual en la basílica del Vaticano y el domingo culminará las celebraciones de Semana Santa con la misa de Resurrección y el mensaje 'Urbi et orbi', a la ciudad y al mundo entero.