MUNDO

Rescatan en Argentina a una adolescente que vivió nueve años encerrada en un garaje

Aislada por su familia adoptiva, que nunca la envió a la escuela, compartía espacio con un perro y un mono enjaulado

BUENOS AIRES. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La adolescente tenía 15 años y pesaba 20 kilos. Vivía en un garaje de una vivienda de clase media de la ciudad de Buenos Aires con un perro y un mono enjaulado mejor alimentado que ella. Sus padres adoptivos -que la sometían a una dieta de pan, agua y levadura y no la mandaban a la escuela- están detenidos por «reducción a esclavitud y a servidumbre, lesiones graves y privación ilegal de la libertad».

El caso se conoció a raíz de la orden de detención de los padres, Daniel Gómez y Adriana Barros, pero la muchacha ya había sido rescatada hace semanas a raíz de las averiguaciones que hizo su hermana biológica, de 18 años, que no la veía desde hacía nueve y que le había perdido el rastro después de que los adoptantes se mudaran a otra dirección del mismo barrio. La pareja tiene hijos biológicos más grandes que aparentemente convivían con esa realidad como si se tratara de algo normal.

La adolescente, de nombre Julieta, habría sido entregada en 2001 por su madre biológica -que ya tenía siete hijos y vivía en una situación económica muy precaria-, cuando tenía apenas un año. El juez otorgó a la familia una adopción provisoria o guarda, que es habitual en estos casos hasta que asistentes sociales, psicólogos y funcionarios judiciales visitan a la familia y se aseguran de que el menor esté bien. Entonces se concede la adopción plena. En este caso parece que todos los controles estatales hubieran fallado o no se hubieran realizado nunca.

La familia biológica dejó de visitar a Julieta cuando la niña iba a cumplir seis años y debía empezar la escuela. Según presume la fiscalía, desde entonces vivió encerrada y recibió un trato peor que el de los animales con los que compartía habitación. «Estaba en un estado deplorable, con muy poco peso y un nivel madurativo de una niña de 9 años», comentó el fiscal Juan Andrés Necol. Los especialistas entrevistaron a la menor, quien pese a su aparente retraso mental contó que era sometida a golpes y malos tratos. Especialmente, dijo, la azotaban con un cinturón cuando se comía los restos de alimentos que dejaba el mono.

Culto de San La Muerte

El allanamiento realizado en la vivienda arrojó indicios que sugieren que la pareja era adoradora de San La Muerte, un culto pagano que se practica en Paraguay y en provincias del norte argentino. Sin embargo, no se trata de un culto violento. Por otra parte, un hijo biológico de Gómez y Barros negó que sus padres sean seguidores de ese culto. Ese hijo biológico, Fabio Gómez, reveló que desde que están detenidos sus padres «están muy mal». «No saben explicar muy bien lo que pasa porque cuando uno está encerrado no entiende», declaró.

Gómez hijo presentó argumentos increíbles en defensa de los padres, como que no tenían dinero suficiente para alimentarla, ni tampoco tenían ayuda del Estado, pese a que reconoció que nunca la pidieron porque en la época en que la adoptaron no había los subsidios que existen ahora para personas pobres, sin empleo o con hijos discapacitados.

Fabio sostiene que «la nena», como se refería a ella, jugaba con sus hijas cuando él iba de visita a casa de sus padres, y asegura que «ninguna escuela la aceptaba» por su presunto retraso, algo que también resulta francamente insólito. Respecto de su delgadez extrema, la justificó diciendo que «siempre fue flaca. Se la llevó a un montón de médicos. El abogado de la familia tiene todos los estudios que le hicieron».