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Luis Milla habla sobre el Real Madrid y el Barcelona, equipos en los que jugó/ Juan Medina (REUTERS)

«Al partido del año, con dudas»

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Tengo la suerte de poder escribir sobre el encuentro más importante del año: la final de Copa. No sé si estarán de acuerdo, pero sí me darán la razón los compañeros -sí, uno se siente futbolista- que han tenido el privilegio de poder jugarla y sentir como yo que es un partido especial.

Vamos al lío. Por si aún queda algún escéptico, la final tiene el mayor reclamo posible: Real Madrid y Barcelona jugando por un título. Puede que sea ya el único posible para un Barça comido por las dudas y herido por las estocadas de Atlético y Granada. Tampoco el Real Madrid anda fino sin Cristiano y bajo sospecha cada vez que se mide a un grande. Un partidazo, quién lo iba a decir, que llega con el foco compartido con el Atlético. Me perdonarán que saque a colación a los rojiblancos, pero se merecen la alusión por su temporadón.

Volviendo a Mestalla, y analizando sensaciones, sabemos que el estado de ánimo es un factor determinante. Y ahí el Barça está ‘tocado’. Más cuando las bajas y los problemas extradeportivos se amontonan en una temporada extraña. Pero sí tengo claro que a estos jugadores, de los más brillantes de la historia del club, no se les ha olvidado jugar por más que parezcan ahora lejanas sus mejores tardes.

Quizá sí han descuidado una serie de tareas que antes hacían fantásticamente para el colectivo. De ahí el declive. Queda poco de la presión tras pérdida en campo rival -esto requiere concentración máxima-, de la movilidad y la vertiginosa circulación de balón que antes daba múltiples opciones al jugador que llevaba el balón. Y por último, algo que cuesta creer en este equipo: falta de gol.

¿Cómo llega el Real Madrid? Con dudas. Aunque ha ido de menos a más, el último mes ha sido poco fiable en partidos importantes con equipos de entidad (Barça, Sevilla o Dortmund). Es su gran asignatura pendiente, sin duda.

Puestos a pedir, pagaría por ver un partido como el último en el Bernabéu; con alternativas, ritmo, intensidad, buen fútbol y, sobre todo, goles. ¡Y qué goles! Veremos… Que gane el mejor.