El Supremo aumenta las penas a los somalíes que asaltaron el 'Patiño'
Agrava las condenas al considerar que consumaron el delito de piratería aunque no llegaran a controlar el buque de la Armada
MADRID. Actualizado: GuardarEl Tribunal Supremo ha elevado en cinco años las condenas que la Audiencia Nacional impuso el pasado octubre a los seis piratas somalíes que intentaron asaltar el buque de guerra español 'Patiño' en aguas del Índico el 12 de enero de 2012. El alto tribunal da la razón al recurso de la Fiscalía que, en contra del tribunal de primera instancia, siempre consideró que los procesados debían ser condenados por un delito consumado de piratería y no de tentativa aunque no llegaran a hacerse con el control del barco de la Armada.
La nueva sentencia eleva de ocho a trece años de prisión la pena de cinco de los acusados, Mohamed Abdullah Hassan, Mohamed Aden Mohamed, Issa Abdullah Issa, Abdillahi Mohamed Gouled y Mohamed Said Ahmed, que fueron condenados por sendos ilícitos de piratería y tenencia de armas de guerra. El jefe de los atacantes, Hamoud Elfaf Mahou, ve aumentada su pena de 12 a 17 años porque también fue condenado por pertenencia a organización criminal.
En su resolución, de la que ha sido ponente el presidente de la Sala de lo Penal, Juan Saavedra, el Supremo rechaza los recursos que plantearon las defensas de los piratas -que siempre han sostenido que son pescadores-, acepta la casación presentada por el Ministerio Público y considera consumado el delito de piratería. La sentencia incide en que los somalíes dispararon con fusiles AK-47, causaron daños en el buque e, independientemente de si la intención de los piratas era o no herir a los marineros españoles, lo cierto es que «se atentó sin duda contra ellos», pues los atacantes desde su esquife realizaron un número «indeterminado» de disparos de fusil contra la popa y la chimenea del barco, que recibió no menos de seis impactos. Motivos suficientes, explica el Supremo, para considerar plenamente consumado un acto de piratería, corrigiendo así a la Audiencia Nacional, que consideró que para hablar de piratería, y no de tentativa, había que haber sustraído el barco o, al menos, haberlo dejado inservible. En lo que sí hay coincidencia entre el Supremo y la Audiencia Nacional es en la descripción de los hechos probados. El ataque se produjo sobre las 2.29 horas de aquel 12 de enero de 2012, cuando el 'Patiño' navegaba a unos 87 kilómetros de la costa de Somalia como buque de abastecimiento del operativo internacional Atalanta y con 218 militares a bordo.
Una confusión
Los piratas, que con toda seguridad, y dado el perfil del 'Patiño', confundieron el buque de guerra con un mercante, iban armados con siete fusiles, dos lanzagranadas RPG-7 y otras armas que no han podido ser determinadas, amén de una escala y tres escaleras. Los asaltantes pusieron su embarcación en el costado de babor del barco español con la clara intención de abordarlo.
Sin embargo, uno de los centinelas, un cabo primero, descubrió la maniobra y los seis piratas comenzaron abrir fuego indiscriminado contra el barco. Los militares españoles repelieron la agresión y hubo un intercambio de disparos que duró unos dos minutos, tras los que cual el esquife se dio a la fuga, al comprobar que era imposible abordar al buque de guerra.
Poco después, los mandos del 'Patiño' ordenaron «zafarrancho de vuelo» y el helicóptero del buque salió en persecución de los piratas y terminó localizándolos a las 3.23 horas, a pesar de que su barca intentaba huir a gran velocidad. Los piratas, acosados por la aeronave y por el barco, arrojaron «escalas, lanzagranadas y un número indeterminado de fusiles, así como algunas bolsas» al mar cuando el barco de la Armada se situó a unas mil yardas del esquife.
Tras hacer caso omiso a la orden de detenerse, desde el 'Patiño' se dispararon «dos ráfagas al aire con ametralladora» y finalmente la embarcación fue apresada a las 4.08 horas y los seis piratas fueron capturados, tres de ellos heridos de bala y otros dos con heridas de otro tipo.
La condena de la Audiencia Nacional, agravada ahora por el Supremo, fue la primera sentencia en España que castiga por un delito de piratería, tipo delictivo que se reintrodujo recientemente en el Código Penal. Durante el juicio, los piratas afirmaron que eran pescadores y que habían sido reclutados por un séptimo somalí que falleció cuando el buque de guerra, al que confundieron con un mercante, repelió el intento de abordaje.