Susana Díaz, durante la visita de ayer a la guardia de honor de legionarios del Santísimo Cristo de la Buena Muerte en Málaga. :: JORGE ZAPATA / EFE
ESPAÑA

La presidenta de Andalucía se planteó el adelanto electoral en plena crisis con IU

El PSOE reconoce que es una salida que ha ganado posibilidades tras el enfrentamiento con su socio por los okupas de la corrala

MADRID. Actualizado: Guardar
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El PP lo ha pronosticado y el PSOE ya no lo ve descabellado. El adelanto electoral en Andalucía ha pasado de ser una posibilidad remota a adquirir visos de inmediatez. La presidenta de la Junta, la socialista Susana Díaz, reconoció ayer que barajó el anticipo de los comicios autonómicos durante la crisis de los okupas de la corrala Utopía ante el comportamiento de IU. Su partido no ha desechado esa salida y hasta se estudian fechas.

Porque las cuentas no le salen, que si le salieran las elecciones en Andalucía estarían ya convocadas. Así razona un veterano dirigente del PSOE ante la situación creada en esa comunidad tras el reciente enfrentamiento con su socio de gobierno. Díaz confesó ayer que la idea se le pasó por la cabeza durante las discusiones con los representantes de la coalición que lidera Cayo Lara, pero como hubo un acuerdo para el realojo dentro de «la legalidad» de los okupas descartó un anticipo que hubiera supuesto la inmediata ruptura del pacto, que es «lo que hubieran querido algunos».

Una alusión que no iba dirigida al PP, el partido al que menos interesa tener que competir ahora o en breve plazo en unas elecciones, sino a los sectores del PSOE e IU contrarios al acuerdo. Entre los socialistas hay un sector que hubiera preferido un gobierno de gran coalición con los populares en Andalucía, y en la coalición los sectores más radicales no comparten la idea del pacto con el PSOE.

Díaz negó ayer en una entrevista en la cadena Ser que maneje en estos momentos la idea del adelanto porque ahora su objetivo es que el Gobierno de Andalucía «recupere la velocidad de crucero cuanto antes». Pero en algunos círculos socialistas juegan con dos calendarios, convocarlas en noviembre, lo que coincidiría con las primarias del partido para elegir el candidato a la Presidencia del Gobierno; o en mayo de 2015, al mismo tiempo que las municipales.

IU tiene la mosca detrás de la oreja y no se cree que la presidenta andaluza haya aparcado la idea del adelanto. El diputado por Málaga Alberto Garzón apuntó que las verdaderas intenciones de Díaz se conocerán en las próximas semanas y meses, cuando se compruebe «si hay voluntad» por parte de los socialistas para mantener el pacto. Si el PSOE, añadió, decide romperlo, se abrirá «otro terreno de juego»,

La presidenta de la Junta, además, quiso restar hierro a la crisis con su socio porque son partidos con «trayectorias diferentes», con una «concepción distinta» de las instituciones y por tanto es «lógico» que se produzcan desencuentros. Díaz pidió «tomar nota» de lo sucedido la para que no se repita.

Agua pasada

También los líderes del PSOE e IU se afanaron en apagar los rescoldos del fuego. Alfredo Pérez Rubalcaba señaló que los gobiernos de coalición siempre tienen «dificultades», pero en este caso hay proyecto político «serio» que ha permitido superar las desavenencias. Cayo Lara defendió que el asunto es «agua pasada» y no ha dejado cuentas pendientes. El acuerdo en Andalucía, aseguró, está «vivo y vigente».

Pero el asunto sigue ahí aunque no trascienda. Tanto desde el PSOE como desde IU se reconoce que ya nada será igual que antes. En la formación dirigida por Lara sostiene que hubo «prepotencia» por parte de la presidenta de la Junta al retirar las competencias de Vivienda a su consejera de Fomento. Los socialistas, a su vez, mantienen que IU trató de hacer demagogia y electoralismo con el realojo de 22 familias, de las que al final solo ocho corren un riesgo de exclusión social y está justificado que tengan una vivienda del sector público.

El principal problema para el adelanto es que no cambiaría mucho el panorama político en esa comunidad. Cambiaría, según los sondeos, la fuerza más votada, que pasaría a ser el PSOE en detrimento del PP, pero los socialistas no alcanzarían la mayoría absoluta para gobernar en solitario y se verían abocados a un nuevo acuerdo con IU, formación que experimentaría un incremento del voto, con lo que el escenario sería el mismo que ahora.