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El conseller de Presidencia de la Generalitat, Francesc Homs, en el centro, junto al Consejo Asesor para la Transición Nacional. :: ALBERTO ESTÉVEZ / EFE
ESPAÑA

Los asesores de Mas creen que una Cataluña independiente no sería expulsada de la UE

El diagnóstico del Consejo Asesor para la Transición Nacional contrasta con el de los comisarios europeos y del Gobierno central

CRISTIAN REINO
BARCELONA.Actualizado:

A diferencia de lo que opinan la Comisión Europea y el Gobierno español, los asesores de Artur Mas consideran que una Cataluña independiente seguiría formando parte de la UE. Incluso en el caso de que España vetase la operación, que sería, admiten, el «único problema serio».

Un informe del Consejo Asesor para la Transición Nacional, el organismo que preside el exvicepresidente del Tribunal Constituciona Carles Viver i Pi-Sunyer y guía al presidente de la Generalitat en el camino jurídico hacia la independencia, contempla cuatro escenarios para un futuro Estado catalán en su relación con Europa.

El primero, el deseado por la mayoría de partidos catalanes, sería de permanencia automática en el club comunitario. En el momento de su constitución y de notificar a la UE la independencia, Cataluña continuaría integrada en la Unión. Dado que se trata de un territorio que ya forma parte de la UE y su población goza de la ciudadanía europea y del derecho europeo, no se le obligaría a salir ni a solicitar desde fuera su integración, según el Consejo.

En el segundo supuesto, si Cataluña presenta la solicitud de ingreso, la UE puede no aceptarla por un posible veto, en este caso de España. Entonces, debería iniciarse un proceso de adhesión 'ad hoc', con rasgos específicos que permitieran una incorporación rápida y un régimen transitorio dirigido a asegurar el mantenimiento de relaciones jurídicas, económicas y políticas con la UE, y el mantenimiento de derechos y obligaciones de los ciudadanos y de las empresas que operan en Cataluña. El veto retrasaría la incorporación, aseguran los asesores, pero a la larga no lo impediría.

El tercer escenario implicaría una adhesión ordinaria, y muy lenta, y por tanto ponerse a la cola de Turquía, Macedonia, Montenegro, Islandia o Serbia, que ya han llamado a la puerta de Bruselas. En el último supuesto, el de exclusión, la UE se negaría a abrir el proceso de incorporación y el nuevo Estado se quedaría fuera. Este es el panorama que vaticina el Gobierno central.

A un mes del inicio de la campaña electoral, los asesores de Mas se inclinan a pensar que los dos primeros escenarios, la permanencia y la adhesión rápida, son los «probables». «Todo parece indicar que, en un periodo de tiempo no demasiado largo, un Estado catalán independiente, si lo pidiera, se integraría en la UE», afirma el informe. «Se hace difícil pensar -añade- que Cataluña quedara como una especie de isla, entre Francia y España y el dilema, en realidad, no es si Cataluña acabará formando parte de la UE, sino cuándo y cómo lo hará», concluye.

Sus argumentos son que no existe ninguna base jurídica en los tratados internacionales ni en el derecho europeo con los que se pueda afirmar que un Estado catalán se vería excluido de la UE, aunque tampoco se pueda afirmar lo contrario. Simplemente porque esa situación «no está prevista en el ordenamiento internacional ni en el europeo», según el presidente del Consejo para la Transición.

Criterio flexible de Bruselas

Y por tanto, si los argumentos jurídicos pasaran a un segundo plano, los responsables del estudio mantienen que lo determinante para que una hipotética Cataluña separada de España pueda tener encaje en la Unión será el criterio pragmático y flexible que aplica siempre Bruselas a todas sus decisiones, como ocurrió a su juicio con Chipre, Groenlandia o la reunificación alemana.

Creen que pesarán más las razones políticas y económicas. Entre otras, que los catalanes son ciudadanos europeos desde hace casi 30 años, que el proceso soberanista se lleva a cabo de manera respetuosa con los principios de la UE, que Cataluña es contribuyente neto -según la Generalitat su aportación económica relativa es superior a la de Alemania-, que el territorio catalán está situado en un punto estratégico en el sur de Europa y que cuenta con un mercado de siete millones y medio de personas.

«Pedimos más rigor y menos propaganda al Gobierno central. Ni vagaremos por el espacio ni seremos la isla de Robinson Crusoe», afirmó el consejero de la Presidencia, Francesc Homs. Su opinión choca con la del Ejecutivo central, que repite por activa y por pasiva que Cataluña independiente saldría de la UE, y también la de la Comisión Europea.