Del asalto a la Embajada de EE UU al asiento de Irán en Naciones Unidas
La sintonía entre Teherán y Washington se fractura con el veto del Senado al representante persa en la ONU por su participación en la crisis de los rehenes
Actualizado: GuardarNi 35 años, ni la llegada de Hasán Rohani al poder son suficientes para hacer olvidar la crisis de los rehenes en la Embajada de EE UU en Teherán. El portavoz de la Casa Blanca califica de «extremadamente problemática» la designación de Hamid Aboutalebi como nuevo embajador de Irán ante la ONU y el Senado no ha perdido un instante para prohibir al diplomático iraní el acceso al país. Le acusan de haber sido parte del núcleo duro que asaltó la legación en 1979. El 4 de noviembre de ese año, meses después del triunfo revolucionario, cientos de estudiantes asaltaron el edificio en señal de protesta por la injerencia de Washington en los asuntos domésticos y por haber acogido al Shá. Fue entonces cuando retuvieron a 52 empleados durante 444 días.
Aboutalebi, que a lo largo de su carrera ha sido embajador en Italia, Australia y ante la Unión Europea, niega la acusación y en declaraciones recogidas por medios iraníes afirma que no formó parte del asalto y que su única vinculación con la operación fue el haber participado como traductor en las semanas posteriores. Una explicación corroborada por algunos de los históricos, pero que no convence a los mandatarios de EE UU que ven su nominación como «un insulto». Teherán, no obstante, ha dejado claro que no dará marcha atrás a su nombramiento y acusa de «radicales» a los legisladores norteamericanos que han vetado al diplomático.
Una etapa de diálogo
La llegada de Rohani a la presidencia en sustitución de Mahmud Ahmadineyad ha dado un giro completo a la política exterior de Irán. Por primera vez desde la crisis de los rehenes, Washington y Teherán mantienen un diálogo directo y el contencioso nuclear, que estos días vive una nueva ronda de conversaciones en Viena, está en vías de solución. Estos gestos del clérigo moderado, sin embargo, no cuentan con el respaldo absoluto del sector más duro del régimen y aquellos estudiantes que en el 79 ocuparon la legación de EE UU siguen siendo sus dueños y la han convertido en un campus para la élite estudiantil basiyí (el movimiento paramilitar creado por el imán Jomeini durante la guerra contra Irak con el objetivo de promover los valores revolucionarios en la sociedad).
Un cartel con las iniciales 'USA' ardiendo, que reza «El final de la dictadura» da la bienvenida y deja claro que los planes de acercamiento a Occidente impulsados por el presidente Rohani carecen del beneplácito de este núcleo duro del régimen del que quiere desvincularse Hamid Aboutalebi para ocupar su asiento en Naciones Unidas.