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ESPAÑA

El PP vaticina un adelanto electoral en Andalucía tras la crisis de PSOE e IU

Los socios de gobierno en la Junta admiten que el enfrentamiento ha dejado heridas abiertas y que el anticipo es factible

RAMÓN GORRIARÁN
MADRID.Actualizado:

En el PP están convencidos de que el adelanto electoral en Andalucía es inevitable, y admiten que no es una buena noticia para sus intereses. La reciente crisis entre PSOE e IU por los realojos de okupas ha agrietado el acuerdo que mantiene, según reconocen ambos protagonistas, aunque de puertas hacia afuera el mensaje es que se ha fortalecido. La presidenta de la Junta de Andalucía sostenía hasta la crisis de la corrala que el anticipo no entraba en sus planes, pero ahora la situación ha cambiado.

Los populares no quieren elecciones anticipadas. «Mi deseo es que se pueda concluir la legislatura y no se convoquen hasta marzo de 2016», acepta el presidente del PP de Andalucía, Juan Manuel Moreno. En la dirección nacional del partido son de la misma opinión porque el nuevo líder del partido en esa comunidad es aún desconocido para amplios sectores de la ciudadanía y porque su mejor baza sería una recuperación económica palpable en la calle, algo que, según los cálculos del Gobierno, no llegará como pronto hasta 2015. El PP también mira las encuestas y sus resultados desaconsejan una cita temprana con las urnas.

Pero los populares no son los únicos que se malician que habrá adelanto. También lo piensan en el PSOE e IU. Las aclamaciones en el mitin de precampaña de IU el sábado en Málaga a Cayo Lara y al líder regional, Antonio Maíllo, recibidos como los triunfadores en el pulso con el PSOE por la crisis de los okupas, fueron muy mal recibidos tanto entre los socialistas andaluces como en la dirección federal del partido. Susana Díaz y sus colaboradores están convencidos de que actuaron con responsabilidad para salvar el acuerdo de gobierno, aunque el precio haya sido la imagen de cesión de la presidenta de la Junta de Andalucía, que aceptó restituir las competencias de vivienda que ella misma había retirado un día antes a la Consejería de Fomento, parcela de IU en el Ejecutivo autonómico.

Legitimación

Pero el de la corrala Utopía no es el único problema entre los dos socios, que arrastran roces casi desde el mismo momento del alumbramiento del pacto en 2012. Hasta ahora, las desavenencias se han solventado sin luz ni taquígrafos, pero en esta ocasión los trapos sucios se han ventilado a la luz del día. El PSOE andaluz está dolido por la versión que han dado sus compañeros de gabinete, pero en la dirección federal socialista también se apunta que pudo haber errores de cálculo por parte de la presidenta.

Más allá del malestar en Sevilla y Madrid, en el PSOE es un secreto a voces que Susana Díaz quiere legitimarse en las urnas con la victoria en unas elecciones autonómicas. Ahora es presidenta por la retirada de José Antonio Griñán y su arrolladora victoria en el proceso de sucesión interno, pero desea contar con el refrendo ciudadano. Ella sostiene que no piensa más que en Andalucía, aunque en la dirección federal no hay dudas de que a medio plazo querrá jugar un papel destacado en la política nacional siempre que haya logrado la legitimación de los votos. Por eso, dicen algunos, tiene prisa por someterse al veredicto de los electores y la crisis con IU es un pretexto ideal para el anticipo.

El flamante líder del PP andaluz es de la mismo opinión, y en una entrevista publicada ayer en el diario La Razón sostiene que la presidenta de la Junta «no está en condiciones de acabar la legislatura» y a partir de ahora se va a dedicar a «construir un relato que argumente su distanciamiento con IU y convocar (las elecciones) en el momento que les sean más favorables».

El último Estudio General de Opinión Pública juega a favor de los socialista ya que señala que se alzarían con la victoria con el 36,6% de los votos, cinco puntos largos más que el PP, que obtendría el 31,1%, nueve puntos menos que en las elecciones de hace dos años, mientras que IU alcanzaría el 15,5% de los votos y UPyD, el 7,4%. Un resultado que no daría la mayoría absoluta al PSOE y le obligaría a pactar de nuevo.

El problema con IU, comentan fuentes del entorno de la presidenta, es que en la coalición «hay de todo». Es fácil entenderse, añaden esas mismas fuentes, con el vicepresidente de la Junta, Diego Valderas, o con el portavoz en el Congreso y secretario general del PCE, José Luis Centella, pero no es tan sencillo hacerlo con otros dirigentes, como Maíllo y la propia consejera de Fomento, Elena Cortés. Dentro de la coalición además no todos están de acuerdo con el acuerdo con el PSOE, y el sector partidario de dejar el Ejecutivo es cada vez más beligerante.

Así las cosas, el escenario que se vislumbra es del divorcion de los socios, con la incógnita de si será amistoso o traumático, y cita anticipada con las urnas.