PSOE e IU se dan una tregua transitoria en su pacto para gobernar Andalucía
La desconfianza se instala entre los dos socios de la Junta con la «vuelta a la normalidad» tras la crisis de la corrala de los okupas
SEVILLA.Actualizado:Los socios del Gobierno andaluz dieron por zanjada la crisis abierta por el realojo de una veintena de familias que ocuparon un inmueble en Sevilla. Y aunque tanto PSOE como IU celebran la «vuelta a la normalidad» e incluso hablan de que su pacto sale «fortalecido», lo cierto es que la gestión que ambos han hecho del conflicto ha abierto una brecha de desconfianza que alimenta los rumores de una ruptura total como excusa para un adelanto electoral en Andalucía.
El fin de la crisis llegó durante la madrugada del sábado mediante un comunicado del portavoz del Ejecutivo en el que se confirmaba que ocho familias, cumpliendo la orden del juez que decretó el desalojo de la corrala, se habían realojado de forma «transitoria» en viviendas públicas al detectarse situaciones de urgencia. Dichas familias permanecerán en los inmuebles «provisionalmente» hasta que los servicios sociales ratifiquen su situación y acrediten el riesgo de exclusión social. Los expedientes de las otras nueve familias a las que la Consejería de Fomento quiso realojar en viviendas de alquiler privado ante la falta de pisos públicos de la Junta quedaban suspendidos hasta «quedar acreditadas las circunstancias necesarias para su realojamiento». El acuerdo se cerró poco antes de las once de la noche, pero IU quiso esperar para comprobar que se les devolvían las competencias de Vivienda retiradas a la Consejería de Fomento para hacerlo oficial.
El secretario de Organización del PSOE, Juan Cornejo, uno de los muñidores del acuerdo, destacó que tras el pacto la estabilidad del Gobierno andaluz ha quedado «fortalecida». «Un pacto que ha dado tan grandes y buenos resultados continúa con ánimos reforzados», sentenció.
El coordinador general de IULV-CA, Antonio Maíllo, abogó por «no darle más importancia de la que ha tenido» al conflicto con el PSOE, y zanjaba la crisis de forma gráfica con un «aceitunilla comida y hueso tirado». «Hay un Gobierno que tiene una convicción política, incluso ética: que la gente no duerma en la calle». Para el coordinador de IU, la crisis se resolvió conforme a lo planteado por IU respecto a la devolución de competencias porque «no había razones para otra salida».
Debate de «principios»
Más allá del realojo de las familias okupas de la corrala sevillana Utopía, lo que se debatía en esta crisis eran dos modelos diferentes de hacer política desde la izquierda. Una, la del PSOE, políticamente correcta; y otra, la de IU, empeñada en subrayar sus diferencias por la izquierda con su socio. «Es que no somos lo mismo», recordaron ayer desde las filas del PSOE, para quien la postura de IU en el tema de la vivienda ha dado una imagen de radicalidad alejada de la que viene mostrando el Gobierno regional. «Esto no es Venezuela, -resumía un dirigente socialista-, claro que estamos de acuerdo en ir contra los bancos, pero no contra otros vecinos».
IU, por su parte, ha tratado de demostrar ante sus bases, algunas muy descontentas desde hace dos años con el pacto de Gobierno con los socialistas, que no están sometidos a sus socios y que ellos son la verdadera alternativa social a los partidos mayoritarios, las políticas de austeridad y el poder financiero.
En este sentido, frente al mensaje oficial de que las aguas han vuelto a su cauce, lo cierto es que el resquemor se ha instalado entre ambas fuerzas, máxime cuando no es la primera vez que saltan chispas entre PSOE e IU, aunque hasta ahora se habían resuelto sin luz ni taquígrafos, a diferencia de esta ocasión. De hecho, entre las filas socialistas algunos no ocultaron que «mañana puede pasar lo mismo» en otros asuntos, aunque apuntaron que el acuerdo cerrado puede servir de guía para zanjar nuevos conflictos en el futuro. «No hay desconfianza, somos dos agrupaciones y un solo Gobierno, y las diferencias de criterio se solucionan dialogando», insistió el responsable de organización de los socialistas.
La resolución del conflicto ha sido duramente criticada por el PP, el partido más votado en la comunidad, que a través de su secretaria general Dolores López Gabarro aseguró que Andalucía «está secuestrada por un grupo de radicales» con el beneplácito del PSOE y Susana Díaz, a la que responsabilizó del «descontrol y desgobierno» de la región y hacer el ridículo al devolver las competencias de viviendas públicas a IU para mantenerse en la Presidencia de la Junta.