Berlusconi ofrece cumplir su condena como «motivador de discapacitados»
El fiscal apoya su petición de trabajo social, que evita el arresto domiciliario, a la espera de la decisión del juez
ROMA.Actualizado:El rey de los estiramientos faciales puede pasar el próximo año entre ancianos en una visita semanal a una residencia, según se propone de oficio, o bien, ésa ha sido la sugerencia de sus abogados, como «motivador de discapacitados» en un centro especializado, dado su talento para el liderazgo. En eso puede quedarse la condena a cuatro años de cárcel de Silvio Berlusconi por un «colosal fraude fiscal», que un tribunal penitenciario está concretando desde ayer.
El juez debe optar entre el arresto domiciliario, la hipótesis más improbable, y un voluntariado social muy suave, de una mañana o una tarde a la semana. Parece la decisión más plausible después de que ayer el propio fiscal apoyara la propuesta de unos trabajos alternativos. La decisión sobre el futuro del exprimer ministro no llegará antes de cinco días y, como máximo, en quince.
Hasta entonces la peor pesadilla de Berlusconi es imaginarse en arresto domiciliario, algo que le anularía pública, política y mediáticamente en vísperas de las elecciones europeas de mayo. Remataría el golpe de su expulsión del Senado, por delincuente, en noviembre. Su última esperanza es ejercer al menos de líder fuera del Parlamento, encima en un partido en pleno caos.
En arresto domiciliario apenas podría salir de casa dos horas al día y tendría sus contactos muy restringidos. Pero con el servicio social es pan comido. La única exigencia es estar a las 23.00 horas en casa y no frecuentar toxicómanos ni personas con antecedentes, aunque es un listón que no superan algunas de sus más queridas amistades. Tampoco puede relacionarse con chicas de menos de 18 años, por su reciente condena en el 'caso Ruby' por prostitución de menores. Pero, en definitiva, se saldría una vez más con la suya. Por si acaso su partido redobló ayer la presión para ahuyentar el arresto y algunos de sus miembros más jocosos incluso le compararon con la disidente birmana Aung San Suu Kyi.
Es el final descafeinado de un proceso de ocho años, exprimido hasta la última gota, el único que ha culminado en una condena firme contra Berlusconi. Lo ha ido desvirtuando con leyes que lo han torpedeado, con tretas para alargarlo y con las sucesivas prescripciones sobre el delito. La propia condena de cuatro años ha quedado reducida a uno por uno de esos indultos cíclicos de Italia y, por razones de edad, nunca lo cumpliría en prisión. Es más, esos doce meses se rebajarán a diez y medio o incluso nueve por otros beneficios.
Lo que más le ha dolido a Silvio Berlusconi es otra pena accesoria, dos años de inhabilitación política, que le impiden incluso votar, y la inmediata aplicación de la 'ley Severino' contra la corrupción: ha significado su expulsión del Senado y seis años sin poder presentarse a las elecciones. Para burlar este veto ha intentado hasta la concesión de una gracia del presidente de la República y dos recursos desesperados a Estrasburgo. El último, esta semana, para pedir un amparo de urgencia que le permita ser candidato a los comicios europeos de mayo. Ante este panorama para él es vital poder zambullirse ahora en la campaña electoral y mantenerse vivo como líder político.