Vejer enamora a Moccia
El superventas italiano presenta en el pueblo su última novela
VEJER DE LA FRONTERAActualizado:Se ha puesto el traje de trabajo. Vaqueros, camiseta blanca, camisa azul de largas mangas, jersey de pico, americana y deportivas. Gorra a juego. Ésta, lo que lleva en la cabeza, es la verdadera marca, el inconfundible sello de un superventas de historias de amor. En la calle, la vespa roja. Parece Roma, pero no hay siete colinas, sino una montaña. Y el mar tan cerca... Federico Moccia no sólo es un escritor. Ni un fenómeno de masas. En realidad es un obrero que a destajo atiende, responde y agradece a quien le lee. Y a quien no también. El día se antoja histórico para Vejer, al menos así lo dice su alcalde, José Ortiz. El autor italiano que reinventó la literatura romántica y encadenó a sus libros a millones de jóvenes de todo el planeta, ha cumplido el deseo de sus fans españoles y ha traído a los protagonistas de su última historia, 'Tú, simplemente tú' (Planeta) a territorio patrio. Y en ese viaje, físico e interior de Nicco (el personaje masculino) por este país «diverso, lleno de particularidades y matices» Vejer se convierte en escenario y medio. Ayer, la localidad gaditana vivió un hito sin precedentes con la segunda visita de Moccia. Tocaba presentar la novela, la segunda parte de la exitosa 'Ese instante de felicidad'. La nueva entrega va camino del mismo logro, porque con menos de una semana en las librerías ya se ha colocado entre los cinco títulos más vendidos. Sin duda, muchos de ellos en el propio Vejer. Antes de la rueda de prensa, multitudinaria, divertida por momentos y larga, el autor de 'Perdona si te llamo amor' firmó decenas de ejemplares a los alumnos del instituto de la localidad, que aprovecharon el recreo para pasar un rato con su ídolo. De hecho, una joven vejeriega, Carmen Corrales, tiene la culpa -en el sentido más dulce- de que el italiano se fijara en el pueblo gaditano como marco para la culminación del romance entre Nicco y María. «Cuando llegué a Vejer tuve una sensación intensa, me sentí tranquilo, y supe que había llegado al lugar adecuado», fue de lo primero que dijo -traducido por una intérprete- el rey Midas de la literatura juvenil.
Federico Moccia se enamoró de Vejer al instante, durante su primera estancia en la localidad al final del año pasado, cuando buscaba razones para decantarse por una de las tres localizaciones finalistas de una especie de concurso inventado por la editorial y juzgado por los lectores. Hondarribia y Vic eran las otras dos candidatas, pero el escritor italiano quedó prendado de inmediato de este pueblo blanco de calles empinadas, inspiraciones arabescas y luz intensa. La playa de El Palmar, el mirador, el castillo medieval, la casa de Manolo, la generosidad de un pueblo entero, la atención recibida y el temperamento de la gente... La lista de motivos sigue y sigue... «Este pueblo es una forma especial de hacerte sentir cómo es la vida. Es como una fiesta donde, aunque no haya buena música o nada especial, si te gusta la compañía te alegras de haber salido esa noche de casa», trató de explicar el superventas italiano. «Siento una pasión especial por este país», había reconocido antes tras contar que desde joven ha viajado por España con sus amigos.
Un continuo descubrimiento que le ha llevado a reflexionar sobre la variedad y belleza española y el encanto de la personalidad de los españoles, en especial el de las mujeres. «Vejer es como una mujer libre e independiente, con sabor a mar y montaña. Tiene, como Hondarribia (que finalmente también aparece en la novela) un carácter muy fuerte y rebelde diferente al del resto de España», apuntó.
De literatura, amor y turismo
Moccia habló mucho sobre la columna vertebral de 'Tú, solamente tú', pero también respondió preguntas que le llevaron a dar su opinión sobre la función de la literatura, «un libro es como un amigo editado al que le puedes contar tus dificultades y que nunca está de más» o «un libro es un puente hecho de palabras que une a las personas», explicó. A bromear con una teoría lanzada por una periodista sobre el amor: «la neurosis aparece cuando no hay diálogo o capacidad de construir. En el amor, como en todo, tenemos que tratar todo con una mayor ligereza». E, incluso, actuó de embajador turístico. «Estoy seguro de que el alcalde recibirá gustosísimo a la marea de turistas. Seguro que cuando se publique en Italia querrán venir a conocer el pueblo», dijo ante José Ortiz, que anteriormente había presentado el evento literario como un «sueño» para la localidad y anunciado que «habrá otro Vejer más italiano, más conocido».
En algunos momentos de la charla, Moccia se identificaba totalmente con su personaje. «La novela no es sólo un viaje de amor sino que trata de reflejar otro viaje interior, el que hace Nicco buscando una sintonía con la vida, un equilibrio que ha perdido con la muerte de su padre». «Pensé que Nico y yo teníamos que viajar más», «la vida no es como una película, no te permite rodar una escena dos veces, todo pasa en un clack. Por eso a través de Nicco, quiero explicar ese mirar hacia adelante en la vida», argumentó.
Futura película
Con más de 2.500.000 de ejemplares vendidos en España, el escritor y guionista defendió su obra como «una comedia con algún momento de reflexión», especialmente la de vivir con intensidad «esos momentos cotidianos» a los que muchas veces no se presta atención. Sobre si hay planes para hacer una película de esta nueva novela, - tal y como se hizo con 'A tres metros sobre el cielo' y 'Tengo ganas de ti', que fueron protagonizadas por Mario Casas- Moccia dijo no saber nada todavía, aunque aseguró que le divierte la oportunidad de grabar en España e Italia y que por supuesto tendría que ser lo más fiel posible a lo que retrata en su libro. ¿El rodaje de la cinta en Vejer? Puede. De momento, el escritor se centrará en cerrar la trilogía de 'A tres metros sobre el cielo', diez años después de que la primera parte se publicara en Italia.
Y para acabar, el autor dejó una frase de agradecimiento eterno: «Espero haber dicho algo bello en el libro, aunque nunca puede ser tan bello como vivir una puesta de sol en esta tierra con la persona amada», sentenció el escritor que puso de moda los candados en los puentes como símbolo del idilio sin fin. Que dure el suyo con Vejer.