Luces y sombras sobre los huidos del IRA
El Parlamento británico investiga si terroristas refugiados en Irlanda se beneficiaron de una amnistía encubierta
LONDRES.Actualizado:Sir Hugh Orde compareció ayer ante el Comité de Irlanda del Norte del Parlamento británico luciendo en su chaqueta todas las medallas posibles que un policía puede recibir en Reino Unido. Los miembros del comité le iban a interrogar sobre la posibilidad de que hubiese colaborado en la puesta en libertad extrajudicial de miembros del IRA que habían huido de la región para evitar su captura.
Entre los parlamentarios se sentaba la diputada por North Down, Sylvia Hermon, viuda de John Hermon, jefe de la policía norirlandesa de 1980 a 1989. Orde llegó a la provincia por primera vez como miembro de un equipo de policías de Scotland Yard que investigaron la posible existencia en la Policía local de una política de matar a sospechosos del IRA y de colaboración con grupos terroristas lealistas.
Aquella investigación fue accidentada. Tras una larga pesquisa, que les enfrentó con sus colegas norirlandeses, llegaron a la conclusión de que una unidad de inteligencia del Ejército y detectives dedicados al antiterrorismo pasaron información sobre posibles objetivos a paramilitares probritánicos.
Cuando, en 1998, se firmó el Acuerdo de Viernes Santo, Orde solicitó la plaza de jefe del nuevo Servicio de Policía de Irlanda del Norte (PSNI). Ejerció durante seis años. Transformó el cuerpo policial mientras avanzaba el proceso de paz. «En los diez años anteriores a 1998, fueron asesinadas 910 personas. En los diez años posteriores, 85. No traten ahora de coger una pieza del puzle», se quejó ayer.
Pero Hermon, o el hijo del predicador unionista Ian Paisley, le interrogaron sobre una pieza del puzle norirlandés que causó conmoción, el pasado febrero, cuando un exmiembro del IRA, John Downey, quedó en libertad después de que un juez dictase que el Estado debía cumplir su garantía de que no tenía casos pendientes, contenida en una carta que el Ministerio de Irlanda del Norte le envió en 2007.
La versión oficial culpa a la Policía. Un detective en jefe, Norman Baxter, habría cometido el error de no comprobar en los archivos informáticos si Downey era buscado por otros cuerpos policiales de Reino Unido, que tiene una estructura regional en sus fuerzas de seguridad. Esa información deficiente habría llevado al ministerio a escribir a Downey la carta que garantizó su libertad.
Downey era uno de los más de 150 huidos del IRA a la Irlanda que constituían, en 2006, un asunto aplazado del proceso de paz. Scotland Yard lo tenía en sus archivos como sospechoso de la colocación de una bomba que mató a cuatro soldados del Regimiento de Caballería de la Guardia Real, e hirió gravemente a otros, que desfilaban montados en Hyde Park, en el centro de Londres, en 1982.
Problema pendiente
Gerry Adams insistía en 2006 a Tony Blair que había que resolver el problema pendiente de los huidos. Orde fue firme ayer al negar que nunca recibió presión alguna de los políticos, pero ese año, tras el rechazo parlamentario de una ley que ofrecía una amnistía encubierta a los fugados, montó en el PSNI la Operación 'Rapid', que procesó rápidamente gran parte de los casos.
«Fue una simple reorganización», dijo ayer, «con nuestro papel limitado a analizar cada caso». La Policía, según él, recibió una lista, investigó en sus archivos si tal huido tenía aún algún asunto pendiente y transmitió esa información a la Fiscalía. El exjefe policial de Irlanda del Norte dijo que no sabía que se enviaban cartas a los huidos hasta que el caso de Downey concluyó en escándalo.
Pero el detective Baxter dijo hace una semana al comité que él no cometió ningún error. Que hubiese infringido la ley informando a un fugado de la existencia de un archivo en Scotland Yard en el que constaba su búsqueda. Dijo que transmitió la información a un colega, que se la pasó a la Fiscalía y que esta cometió un delito al pasarla al Ministerio, que a su vez habría eliminado el dato perjudicial para Downey..