Dimite la ministra de Cultura británica, aliada de Cámeron, por gastos indebidos

La ministra británica de Cultura, Maria Miller, dimitió ayer después de admitir que la denuncia por medios de comunicación y de políticos de que no había respondido adecuadamente a la sanción del Comité de Estándares parlamentarios por usar de forma indebida la partida oficial de gastos para pagar parte de un préstamo hipotecario «estaba distrayendo la atención» de las actividades del Gobierno. Miller es una aliada política íntima de David Cameron, para quien representaba además una de las pocas mujeres del Gabinete. Antes de ser diputada, Miller compró una casa en Wimbledon, al sur de Londres. Aumentó su hipoteca para hacer obras. Cuando fue elegida represenante por Basignstoke, que está a 50 minutos de Londres en tren, alquiló una casa, pero declaró la de Wimbledon como su segunda vivienda para reclamar compensación por el préstamo.

La comisionada de gastos le aconsejó que devolviese unos 50.000 euros y no deducir la proporción que suponía el alojamiento de sus padres. Pero el Comité parlamentario de Estándares, en el que los conservadores son mayoría y que tiene el poder de sanción, la condenó a pagar 7.000 euros. Le recomendó que pidiera disculpas por su actitud. Miller pidió disculpas en el Parlamento en un discurso de 32 segundos.