Hay una cosa que te quiero decir

El adolescente quiere ocupar su sitio entre los adultos y, en primer lugar, tiene que hacerlo dentro de su familia. Para ello, se cuestionará a sí mismo y a sus padres. También, de forma directa o indirecta, se hará preguntas sobre su historia. Quiere saber detalles sobre su nacimiento, pues los grandes interrogantes sobre la existencia se formulan en estos años: ¿cómo se conocieron sus padres? ¿Su nacimiento les hizo felices? ¿Hubieran preferido que fuera del sexo contrario?

Pero su pregunta más importante es: ¿sigue siendo deseado ahora que se está haciendo mayor y está construyendo una personalidad propia? A esta indagación de su historia se añade una investigación sobre sus abuelos y las relaciones que sus padres mantenían con ellos. El joven rebusca en el pasado familiar, tropezando a veces con épocas confusas, que aumentarán su curiosidad. (Más información en Mujerhoy.com)