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MUNDO

Moscú amenaza a Kiev con la «guerra civil»

El Gobierno ucraniano trata de contener las algaradas separatistas en el este, en las que EE UU ve un intento desestabilizador ruso

RAFAEL M. MAÑUECO CORRESPONSAL
MOSCÚ.Actualizado:

Bajo su aparente preocupación por los «derechos» de la población del este de Ucrania, mayoritariamente rusófona, el Kremlin no oculta que a quien realmente defiende es a los insurrectos separatistas que no representan a nadie y que han tomado edificios oficiales en Donetsk, Járkov y Lugansk. Los esfuerzos de las autoridades de Kiev por restablecer el orden en esas regiones disgustan en Moscú. El Ministerio de Exteriores ruso advirtió ayer en un comunicado publicado en su web de que los «preparativos militares» que el Gobierno ucraniano lleva a cabo contra los separatistas de la parte oriental pueden provocar una «guerra civil».

La Cancillería rusa sostiene que entre las fuerzas enviadas por Kiev a Donetsk, Lugansk y Járkov hay «militantes de la organización armada ilegal Sector de Derechas» y también «150 especialistas norteamericanos del grupo paramilitar privado Greystone con el uniforme de la unidad Sókol (halcón)» de operaciones especiales. Según la nota, «se les ha encomendado la misión de acabar con las protestas de los habitantes del sureste del país contra la política del Gobierno». Moscú alerta además sobre la «amenaza» que tales operaciones constituyen «contra los derechos, las libertades y la vida de ciudadanos pacíficos».

En Kiev no piensan que se trate de ciudadanos pacíficos, sino de delincuentes peligrosos. «Los separatistas que toman las armas y asaltan edificios serán tratados como establecen la Constitución y las leyes, como terroristas y criminales», aseguró el presidente en funciones, Alexánder Turchínov, que, en respuesta a Rusia, prometió que las fuerzas de seguridad ucranianas «no emplearán nunca las armas contra manifestantes pacíficos». EE UU se queda con la versión ucraniana y va más allá al acusar a Rusia de enviar «agentes provocadores» para «crear caos». El secretario de Estado, John Kerry, advirtió de que «nadie cae en el engaño de lo que podría ser un pretexto para una intervención militar, como vimos en Crimea».

Destacamentos de la unidad especial 'Jaguar' desalojaron por la mañana de la Administración regional de Járkov a los separatistas atrincherados desde el domingo. La información sobre esta operación «antiterrorista» apareció en la cuenta de Facebook del ministro de Interior ucraniano, Arsén Avákov. Según su testimonio, fueron detenidos «70 separatistas». De acuerdo con informaciones gubernamentales, los secesionistas respondieron con «granadas» y cócteles molotov. Al parecer, tres policías resultaron heridos, uno de ellos de gravedad.

En Donetsk, los activistas prorrusos mantienen el control de la sede de la Administración regional. El lunes proclamaron la independencia de la región de Donbass y anunciaron un referéndum para la incorporación a Rusia no más tarde del 11 de mayo. En Lugansk, los ocupantes habrían «plantado minas y mantienen a unos 60 ciudadanos como rehenes», según el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU). La Rada Suprema, el Parlamento de Ucrania, aprobó una ley que endurece las penas a quienes cometan delitos de separatismo y contra la seguridad del Estado. La tensión de estos días se hizo visible también en la Cámara, cuando diputados ultranacionalistas y comunistas saldaron a puñetazo limpio sus diferencias sobre la consideración oficial que merece la lengua rusa.

Tropas en la frontera

En la cercana frontera con Rusia, según distintas estimaciones, hay todavía desplegados entre 20.000 y 40.000 soldados. El presidente ruso, Vladímir Putin, ha venido repitiendo que se «reserva el derecho» de intervenir militarmente en Ucrania si cunde la «anarquía» o se ve seriamente amenazada la población prorrusa. El 28 de febrero, el Consejo de la Federación (Cámara alta) dio luz verde a Putin para utilizar el Ejército en el país vecino cuando lo estime conveniente.

El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, anunció ayer que su país está dispuesto a mantener negociaciones a «varias bandas» con Ucrania, EE UU y la UE para buscar una salida a la crisis. Del asunto habló el lunes por teléfono con John Kerry, pero no hay todavía fechas concretas. Se acordó que sea dentro de unos diez días. Lavrov pone como condición que en las conversaciones participen representantes de la parte este de Ucrania. También que Kiev renuncie a ultimar el proyecto de nueva Constitución antes del próximo día 15. Según el jefe de la diplomacia rusa, el texto de la nueva Carta Magna debe ser consensuado con las regiones orientales de Ucrania.