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Londres y Dublín, cada vez más cerca
La visita de Estado de Higgins, la primera que realiza un presidente irlandés, devuelve el gesto que protagonizó hace tres años Isabel II
LONDRES. Actualizado: GuardarReino Unido se formó en el inicio del siglo XIX como un deseo de la metrópoli de integrar a la isla vecina y se quebró de hecho en 1921, cuando los viejos condados de lo que que es hoy Éire, o Irlanda, alcanzaron el estatus de Libre Estado. Luego llegaría la completa independencia y la distancia entre Londres y Dublín, que en su Constitución reclamaba la soberanía de la desgajada Irlanda del Norte.
En 1998, tras la firma del Acuerdo de Viernes Santo, los irlandeses del sur votaron abrumadoramente en favor de cambiar su Carta Magna, que reconoce ahora que los condados de Irlanda del Norte no se unirán a la república del sur si no lo desea su población. Los gobiernos británico e irlandés, junto con los de Escocia y Gales, forman parte de un nuevo Consejo de las Islas. La resolución imperfecta del conflicto norirlandés se basó en multiplicar las relaciones institucionales, pero Isabel II no pudo visitar Irlanda hasta 2011. Fue un viaje memorable para la monarca en la víspera del Jubileo de su reinado y el Gobierno de Dublín, entonces nacionalista, actuó con hondura, invitándola a conmemorar a los irlandeses que batallaron con el Ejército británico en la Primera Guerra Mundial.
Tom Kettle fue uno de ellos. Era 'el gran abogado constitucionalista de su generación'. Nacionalista y europeísta, se alistó en el Ejército británico. Murió en la batalla de Somme, en 1916, pocos meses después de que algunos correligionarios nacionalistas se levantasen en Dublín contra el dominio de Londres. El brutal castigo a aquella revuelta hizo pensar a Kettle que los rebeldes serían recordados como héroes y que los 140.000 que se alistaron como él lo serían como traidores.
El Estado irlandés es heredero del levantamiento de 1916, pero ayer su presidente, Michael Higgins, recordó la figura de Kettle en su discurso a representantes de las dos cámaras del Parlamento británico, en la primera visita de Estado de un presidente irlandés a Reino Unido. Kettle veía la Gran Guerra, dijo Higgins, como un prólogo de dos reconciliaciones, la de los protestantes de Ulster con Irlanda y la de ésta con Reino Unido.
En la noche de ayer, la reina celebró un banquete en el palacio de Windsor, con Higgins como invitado de honor. Acudió el exdirigente del IRA y actual viceministro principal de Irlanda del Norte, Martin McGuinness. Ya había estrechado la mano de la monarca, en 2012, en Belfast.