Teclas con historia
La Fundación Hazen crea un museo virtual con 40 modelos, algunos de ellos similares a los tocados por Beethoven o Manuel de Falla
Actualizado:Más de doscientos años en la historia y en la evolución de los pianos a golpe de un simple click del ratón. Esto es lo que ofrece el Museo Virtual Hazen, que abre su colección a internet por medio de una web donde el visitante podrá observar en detalle desde un Erard de mesa que data de 1791 a un Broadwood similar al que tocara Beethoven. Así hasta 40 modelos a través de los cuales se recorre la evolución del piano desde el siglo XVIII al XX.
La muestra exhibe ejemplares construidos por Hosseschrueders y sobrinos, compañía origen de Hazen, y otras firmas de reconocido prestigio como Clementi, Pleyel o Boisselot. Y así hasta 30 procedencias distintas. Todas las piezas expuestas son originales y se encuentran catalogadas en la web por fabricante, marca y tipo de instrumento. Las imágenes gozan de zoom con el que percibir hasta el último detalle de los acabados.
La exposición virtual, reflejo de la similar que la Fundación Hazen mantiene abierta al público de forma gratuita en la localidad madrileña de Las Rozas, recopila, además, una selección de documentos originales. Un ejemplo es el diploma acreditativo de la Medalla de Oro que la Reina Isabel II concedió a esta empresa en 1837 en la Exposición de Productos de la Industria Española. Aquel año Hazen presentó un piano de cinco pedales con transpositor, lo que supuso un significativo avance tecnológico.
Por último, la visita a la web ofrece una selección del repertorio pianístico del siglo XIX interpretado por Ana Benavides.
Al igual que los pianos que ahora exhibe, la Casa Hazen cuenta tras de sí con 200 años de historia. Fue fundada en los inicios del siglo XIX por Juan Hosseschrueder, un artesano de la madera holandés que se instaló en España tras varios años recorriendo Europa con los ejércitos napoleónicos, a los que brindaba sus servicios como especialista carpintero. La predilección de la alta aristocracia española por los pianos hizo que el artesano, avalado por su buen hacer, pronto requiriera la ayuda de sus sobrinos Juan y Pedro, dando lugar de esta forma a Hosseschrueders y Sobrinos.
Tomando como base aquellos inicios, Hazen logró ganarse la confianza de compositores nacionales y extranjeros. Entre ellos algunos de la talla de Manuel de Falla o Arthur Rubinstein. Otro de sus logros se produjo en 1932, cuando trajo a España el primer piano de gran cola, un Steinway & Sons D274, que la compañía puso a disposición de artistas y entidades. Conocido como 'El Colorao', por el color rojizo de su madera, entre sus teclas deslizaron sus dedos los grandes maestros Ataulfo Argenta, Joseph Hofmann o José Iturbi.