SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

Las bombas de Hitler y Churchill

Un explosivo de la época estalló esta semana en Bangkok y dejó siete muertos

MADRID Actualizado: Guardar
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Los continuos descubrimientos de explosivos de la Segunda Guerra Mundial no cesan. Desde el fin del conflicto, la recuperación del material bélico ha sido protagonista de la reconstrucción de las zonas afectadas y, en ocasiones, de trágicas noticias por los problemas que han seguido causando. Hace unos días, en Bangkok, Tailandia, un antiguo artefacto ha quitado la vida de siete personas y ha dejado a más de 20 heridas. Una excavación de una obra dejó al descubierto el artilugio que fue vendido por uno de los trabajadores a una tienda de chatarras, tras haber sido identificado como perteneciente a la segunda guerra mundial. Uno de los operarios, decidió abrirlo por la mitad al pensar que no estallaría y, al acercar el soplete, explotó en las manos del comprador.

Aún queda mucho armamento oculto o enterrado a lo largo de los lugares relacionados con este hecho histórico que fue el motor de arranque de los mayores avances del mundo de los explosivos. El culmen de esta investigación militar, fue la creación de la bomba atómica inventada por el físico judío Leo Szilard, ya que tuvo la iniciativa de adjudicarse la patente del proyecto que se basaba en sus descubrimientos sobre la reacción nuclear en cadena, y el estudio del comportamiento de los átomos. Fue participe del Proyecto Manhattan, donde varios científicos, por expreso deseo del presidente norteamericano Roosvelt, empezaron a trabajar en la creación de este tipo de armamento y en su desarrollo. La idea del mandatario surge a partir de una carta de Albert Einstein escrita por Szilard, por iniciativa propia, donde se le advertía de los peligros de dichos avances en manos nazis.

Este investigador, confiando en la buena voluntad de los ingleses, le cede el derecho a su gobierno que, nada mas comenzar el conflicto con Alemania, trata de adelantarse a sus movimientos empezando a experimentar por su cuenta y a colaborar activamente con Estados Unidos en la creación de estos artefactos. El ejército de Churchill tuvo un gran papel en estos términos, ya que fue el promotor del desarrollo de varias bombas, aunque fueron los norteamericanos los principales artífices las atómicas. Los ingleses, por su parte, desarrollaron las ‘bombas terremoto’, cuyo nombre proviene del funcionamiento de la misma, que además de la propia explosión, producía un gran agujero en la tierra para provocar movimientos sísmicos en los lugares afectados. De este tipo fabricaron dos en cadena para utilizarlas contra los enemigos: La ‘Tallboy’, llamada así por la gran altura que podía superar la media de cinco hombres, y la ‘Grand Slam’, que superaba en tamaño a la anterior y que mejoraba sus resultados.

La de hidrógeno, la más potente

Los explosivos y los materiales empleados llevaban un largo estudio y muchas pruebas a las espaldas antes de ser utilizadas. Las que eran mas inflamables y producían una mayor cantidad de fuego se utilizaban contra Alemania y los pueblos de Austria, en zonas secas y de madera, mientras que de los grandes objetivos se encargaban las armas nucleares. Estas, en principio, se elaboraban con plutonio como material principal, siendo las progenitoras de las de hidrógeno, cuya explosión en la ‘zona cero’ alcanzaba una temperatura equitativa a las del núcleo del sol (15 millones de grados), además de otras como las denominadas ‘sucias’, ya que actuaban propagando enfermedades hasta declarar el lugar como inhabitable.

A partir de este crecimiento de la industria se emplean la ‘Litlleboy’ y la ‘Fat Man’ con motivos puramente bélicos sobre Hiroshima y Nagasaki, siendo ambas ‘hijas’ del Proyecto Manhattan. Después de los resultados de ambas, y ya sin ser utilizadas con dichos fines, sino con intenciones tecnológicas y propagandísticas, se construyen, sobre todo en imitación a la ‘Fat Man’, otras cuya potencia ha sido similar, como la ‘Hurricane’ y la ‘Castle Bravo’, o mayor incluso, como el caso de la bomba rusa ‘Zar’, cuya fuerza no ha sido superada aún en la historia armamentística.

Estas y otras fueron las principales protagonistas en el mundo de los explosivos de la Segunda Guerra Mundial, pero las de uso de infantería son las que aún siguen ocupando la actualidad con noticias como las de Tailandia, por la mala praxis de este material y por los accidentes que aún hoy en día pueden seguir provocando, o también por descubrir nuevos restos mes a mes de una forma continua o en masa, como pasó con el pasado temporal de Europa, que dejó al descubierto una cifra total de explosivos que duplicaba la media. La tierra sigue depurando esas heridas que dejó el conflicto propiciado por los nazis.