El PP se lanza a intentar frenar el voto de castigo al Gobierno en las europeas
Cospedal pide a su partido que alerte a los ciudadanos de los riesgos de votar a partidos «personalistas y antistemas»
VALENCIA.Actualizado:La decisión de Mariano Rajoy de retrasar al máximo la designación del candidato a los comicios europeos del 25 de mayo obliga a la cúpula del partido a desempeñar ese papel de manera provisional. «No entiendo cómo nos dicen que estas elecciones son cruciales cuando el partido pone tan poco interés en ellas», aseguró un alcalde presente en la Intermunicipal Popular que se desarrolla en Valencia. Este primer edil se quejaba, entre otras cuestiones, de la carencia de un cabeza de lista.
Los mandatarios populares, en público, realizan verdaderos ejercicios de equilibrismo para intentar defender la postura de Rajoy. La primera misión, por lo oído en la capital del Turia, es la de intentar poner coto al presumible voto de castigo con el que, según varias encuestas, los ciudadanos mostraran su rechazo a los ajustes del Gobierno. «No es momento de castigos inútiles», indicó Rita Barberá, alcaldesa de Valencia. En esa misma línea, Javier Arenas, vicesecretario de Política Autonómica y Local, abundó: «No se puede castigar el futuro de España».
A María Dolores de Cospedal le tocó poner el pie en el ruedo y, en un tono claramente mitinero, advirtió del peligro que, a su juicio, supone optar por partidos «personalistas y antisistema, que quieren entrar en el sistema para reventarlo desde dentro». Un dardo sin señas, pero con un destinatario claro: UPyD, al que los populares tachan de proyecto unipersonal de Rosa Díez, y formaciones de izquierda como Compromís, que en la Comunidad Valenciana amenazan con poner fin a un largo ciclo de gobiernos populares en la alcaldía y en la Generalitat.
La secretaria general del PP también desdeñó la opción que representan las formaciones pequeñas, en soterrada alusión a Ciutadans y Vox, porque solo los partidos «fuertes como el PP pueden defender los intereses de España en Europa».
De las palabras de Cospedal se desprende que el PP incidirá en su estrategia de atacar al PSOE, su gran rival en esta batalla, con la herencia que recibió Mariano Rajoy de José Luis Rodríguez Zapatero en diciembre de 2011 y en el vaticinio de que si los socialistas ganan, la crisis volverá a España y no se completará la recuperación iniciada «gracias» a las reformas del Gobierno.
«Somos un partido que hace frente a la realidad y le vamos a decir a los ciudadanos que esto es lo que nos encontramos (por la herencia) y esto estamos haciendo para recuperar al país», remachó Cospedal.
Dos ministros
La Intermunicipal de Valencia parecía, a priori, un escenario idóneo para que Rajoy pusiera fin a la intriga y dijese si finalmente el candidato es el ministro Miguel Arias Cañete o uno de los dirigentes actuales del PP, como el valenciano Esteban González Pons.
Cospedal rebajó cualquier expectativa al respecto. De hecho, se decantó por tomarse a broma la expectación suscitada y copió a su jefe de filas, que el jueves salió en Bruselas por peteneras cuando los periodistas le interpelaron sobre el aspirante. «No estoy encima de eso», bromeó como si esa elección no concerniese a su negociado. «Dicen -apuntó Cospedal- que el candidato va a salir de aquí (Intermunicipal), pues claro que va a salir de aquí porque aquí está el PP y es un partido con mucho banquillo».
Con este prólogo, parece poco probable que Rajoy, durante la clausura de hoy, pronuncie el nombre del cabeza de cartel. Es más, varios dirigentes del partido apuntaron la posibilidad de que el anuncio se retrase hasta después del debate sobre Cataluña que acogerá el Congreso el 8 de abril.
El PP, que ya es el único gran partido europeo que no ha dicho quién será su número uno, tiene hasta el 21 de abril para comunicar de manera oficial su candidatura. «Solo faltaría que Rajoy apurase hasta el último día», acotó uno de los dirigentes municipales.
Además de Cospedal, el PP llevó a Valencia a dos ministros: Cristóbal Montoro y Ana Mato. El titular de Hacienda ha tenido enfrentamientos públicos con el presidente valenciano, Alberto Fabra, a cuenta de los objetivos de déficit y del nuevo modelo de financiación. Montoro tuvo un gesto con los alcaldes presentes y anunció que su ministerio aumentará los plazos para que los ayuntamientos puedan hacer frente al crédito que les dio el Estado para pagar a los proveedores, una iniciativa que aplaudieron con fuerza los asistentes.