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De acuerdo con la tradición ortodoxa, el pueblo ucraniano conmemoró ayer los 40 días pasados desde la masacre del Maidán. :: REUTERS
MUNDO

El misterio de los verdugos del Maidán

Ucrania recuerda a las víctimas de la matanza de Kiev que precipitó la caída de Yanukóvich sin conocer aún la identidad de los francotiradores

RAFAEL M. MAÑUECO CORRESPONSAL
MOSCÚ.Actualizado:

La masacre perpetrada por francotiradores el pasado 20 de febrero en la plaza de la Independencia de Kiev (Maidán) precipitó la caída del presidente Víctor Yanukóvich, que huyó de la capital al día siguiente. Pero aún no se sabe públicamente quiénes fueron aquellos asesinos y tampoco hay noticias de que hayan sido detenidos. Según el Gobierno ucraniano, perdieron la vida más de un centenar de personas, incluidos numerosos policías. La plaza apareció ayer cubierta de flores por la conmemoración de los 40 días de la tragedia.

Después de la treintena de fallecidos habidos en los enfrentamientos entre agentes y manifestantes el 18 de febrero, la Policía apareció el día de la masacre, por primera vez desde el comienzo de las movilizaciones, armada con fusiles Kaláshnikov. Tras una noche relativamente tranquila, en la que se respetó la tregua pactada el miércoles, a las ocho de la mañana del jueves 20 empezaron a escucharse disparos en la calle Institúskaya, que desemboca en el Maidán desde el lado sureste de la explanada, desde la elevación coronada por el hotel Ucrania.

Ante las primeras muertes, los congregados en la plaza arremetieron con bates y cócteles molotov contra los agentes de los destacamentos antidisturbios, 'Bérkut' (águila), que habían acordonado la vecina plaza de Europa para proteger la llamada 'manzana gubernamental'. Este corresponsal llegó a la Institúskaya media hora después de comenzada la refriega y el tiroteo continuaba. Había sido organizado un gran operativo de ambulancias, lo que prueba que las autoridades sabían de antemano que habría sangre.

Horas más tarde aparecieron vídeos en internet con imágenes de unos francotiradores apostados en las terrazas de varios edificios en las inmediaciones del Maidán. A ellos se les atribuye la mayor parte de las muertes. Al día siguiente, apareció colgada en YouTube la grabación de las comunicaciones mantenidas entre ellos con sus radiotransmisores en el momento de la matanza.

Las conversaciones no dejan dudas sobre el hecho de que se trata de profesionales, militares o policías, que hablan en ruso, aunque algunos con acento ucraniano. Eso no significa que procedan necesariamente de Rusia, ya que la población de la mitad este de Ucrania habla ruso habitualmente y también una cantidad significativa de los habitantes de Kiev. A juzgar por el contenido de la grabación, la misión de los francotiradores consistía en «cubrir» a los 'Bérkut' y «neutralizar» a cualquier «individuo con armas de fuego» que aparezca a la vista, pese a que la mayoría de los abatidos no las llevaban.

El día 5 de este mes, la televisión rusa RT puso en antena el pinchazo de una conversación telefónica mantenida el 26 de febrero entre el ministro de Exteriores estonio, Urmas Paet, y la jefa de la Diplomacia europea, Catherine Ashton. El primero había estado en Kiev el día anterior y, según lo que le dijo a Ashton, «la idea de que detrás de los francotiradores no estaba Yanukóvich sino alguien de la nueva coalición toma cada vez más cuerpo». Paet aseguró que el origen de su información era la jefa de los servicios médicos del Maidán, Olga Bogomólets.

Ese mismo día, sin embargo, Bogomólets compareció ante la prensa en Kiev para desmentir que hubiera dicho semejantes cosas. Después, en otro encuentro con periodistas, el ministro estonio reconoció como «auténtica» la filtración de su llamada telefónica a Ashton, pero matizó que «no hice valoraciones. Me limité a decir que circulaban ciertos rumores sobre la autoría de la matanza y expresé mi preocupación ante la posibilidad de que tales murmuraciones adquieran vida propia y agraven aún más la situación en Ucrania».

En cualquier caso, las dudas sembradas por Paet están sirviendo a Rusia como pretexto para deslegitimar a las nuevas autoridades de Kiev, justificar la anexión de Crimea y amenazar con invadir Ucrania bajo la excusa de que se «reserva el derecho» de proteger a los rusos que allí residen de posibles ataques de los radicales «neonazis» del grupo Pravi Séktor (Sector de Derechas).

Una lista abierta

El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, lo repitió ayer en una entrevista televisiva, culpando de la carnicería en el Maidán a Sector de Derechas. «No puedo afirmarlo con absoluta certeza, pero hay varios hechos que apuntan en esta dirección», manifestó Lavrov.

Según sus palabras, «está claro que es necesario investigar estos hechos (.) y no barrerlos bajo la alfombra». El pasado 21 de marzo, el fiscal general de Ucrania, Oleg Majnitski, anunció que se sabe ya quiénes son la mayor parte de los francotiradores. «Estos individuos han sido identificados pero no puedo revelar todavía sus nombres (.) la lista será todavía ampliada y, por el momento, incluye solamente a ciudadanos ucranianos».

El ministro de Interior, Arsén Avákov, llegó a especular con la posibilidad de que los implicados fueron rusos. Con anterioridad, Majnitski dio el nombre del coronel Serguéi Asavaliuk, jefe de las fuerzas especiales de las tropas de Interior con base en Crimea, como uno de los supuestos partícipes en la sangría del 20 de febrero en el centro de Kiev.