La diplomacia despliega sus recursos

El secretario de Estado de EE UU, John Kerry, y el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, mantuvieron ayer en París un encuentro para tratar de poner fin a la pugna entre Moscú y los países occidentales después de la incorporación de Crimea a Rusia. Los dos responsables se reunieron a última hora de la tarde en la residencia del embajador ruso, una magnífica mansión situada en un acaudalado barrio de París.

Este encuentro fue organizado en apenas unas horas tras una llamada telefónica el viernes por la noche del presidente ruso, Vladímir Putin, al estadounidense, Barack Obama, el primer contacto entre ambos jefes de Estado desde el anuncio de Washington de sanciones económicas contra Moscú. Además, Lavrov había propuesto el sábado una reforma constitucional a través de un referéndum para hacer de Ucrania una federación en la que el ruso sería la segunda lengua oficial.

Kiev rechazó ayer la sugerencia al considerar que significaría la desintegración del Estado y aconsejó a Rusia que aplique ese plan en su propio territorio. «Con los cañones de sus fusiles el agresor exige sólo una cosa: la completa capitulación de Ucrania, su división y la desaparición del Estado ucraniano», señaló la Cancillería ucraniana en un comunicado. La nota oficial lamentaba que el tono de ultimátum por parte de Rusia «demuestra» que, al contrario de lo que afirma, no tiene interés en el arreglo del conflicto.

Mientras tanto, las principales ciudades del este de Ucrania vivieron ayer una jornada de manifestaciones a favor de la solución federalista que promueve Rusia.