Agricultura intensiva en la Sierra de Cádiz
Actualizado:Parece que las elecciones se avecinan y de ahí las propuestas que llenan el papel de los periódicos. Suelen ser noticias repetitivas, como casi todas las que acontecen en la prensa provincial. Unas con mayor carencia que otras, pero repetitivas a fin de cuentas. ¿Que serían de nuestros tabloides si no existieran las protestas de los ‘exdelphis’, los cortes del puente por los de Navantia, el conflicto originado por la firma del convenio del metal y ese tranvía que parece que va a surcar todos los parajes de la provincia, por el tiempo que lleva sin funcionar? Pues ocurriría que seríamos una provincia normal y realmente no lo somos. No podemos aceptar como normal que la renta sea la mitad de la de los ciudadanos de las provincias más prósperas, que el paro se acerque al 40% y que el índice PISA esté por los suelos. Sí, esas son nuestras credenciales.
Por enésima vez se anuncia un plan de agricultura intensiva en la Sierra de Cádiz. Ésta vez en Los Llanos de Villamartín. Cada cuatro años, como si fuese un anuncio divino, dejan caer los políticos los beneficios que acarrearía para el sector y la ‘ingente’ cantidad de puestos de trabajo que se crearían. Ahora bien, la noticia debiera ser lanzada a los medios por los propios empresarios que van a arriesgar su patrimonio y dejar a los políticos con la ‘propuesta’ de modificación de la legislación en materia de subsidios y políticas activas de empleo en el medio agrario, ya que sin ello, ninguna actividad es posible, incluso las tradicionales se antojan cada vez más complicada. Tenemos una legislación en materias de empleo y de la seguridad social que impiden la actividad en condiciones de normalidad. Esa ‘anormalidad’ incita los problemas en materia fiscal. Todo un entuerto que supongo habrá que resolver.
Ya en la década de los noventa se intentó en algunos pueblos de la Sierra, fundamentalmente en Puerto Serrano y en Villamartín, plantaciones de fresas y frambuesas. ¿Cómo se explica el fracaso de los pequeños agricultores que impulsaron sus cultivos y que no pudieron acreditar ante Hacienda una parte importante de los salarios como gastos fiscalmente deducibles? O ¿cómo se explica la necesidad de contar en el campo con mano de obra extranjera, cuando al unísono hay perceptores del subsidio? Las grandes explotaciones freseras de la provincia de Huelva cuentan especialmente con mano de obra extranjera, en proporciones que superan el 90% del total.
La izquierda andaluza viene apostando por el subsidio y el PER desde hace más de 30 años. El presidente de la Diputación de Huelva, mentor del presidente andaluz del PP ha dicho, a preguntas de Ramón Tamames, que de momento y sin fecha de caducidad, el sistema se va a mantener. Así es que concluyo: ni por la izquierda, ni por la derecha, esto tiene arreglo.