El PSOE silencia sus problemas y toca a rebato para arropar a Valenciano en las europeas
González, Zapatero, Rubalcaba, Guerra, Bono, Méndez, Patxi López y Madina, entre otros, muestran su respaldo la candidata del PSOE
MADRID.Actualizado:El PSOE olvidó por un día sus divergencias internas y puso toda la carne en el asador para respaldar a su candidata para las elecciones europeas. Hacía mucho que los socialistas no tenían una foto unitaria como la de ayer en el Palacio de Congresos de Madrid. El PSOE huele que tiene posibilidad de ganar al PP los comicios del 25 de mayo y tocó a rebato. A la llamada acudió todo aquel que es algo en el partido, ya sea por su pasado, por presente o por su futuro.
La presentación de la candidatura socialista se convirtió ayer en el acto de la unidad y el olvido de las rencillas. Allí estuvieron Felipe González, José Luis Rodríguez Zapatero, Alfredo Pérez Rubalcaba, Alfonso Guerra, José Bono, el líder de UGT, Cándido Méndez, el candidato de los socialistas europeos, el alemán Martin Schulz, los aspirantes a las primarias Eduardo Madina, Patxi López y Pedro Sánchez, casi todos los miembros de la ejecutiva federal, secretarios generales de las federaciones, exministros y parlamentarios. «Estamos todos», resumió Rubalcaba.
Pero no estaban todos. Dos ausencias llamaron la atención, la de la baronesa socialista por excelencia: la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, y la exministra Carme Chacón, futura candidata a las primarias y residente desde hace unos meses en Miami. Fueron, quizás, las únicas sombras de un acto que más que de precampaña parecía una fiesta de reafirmación socialista. González y Guerra, a prudente distancia uno del otro, saludaron a los asistentes después de que Valenciano los presentara como «dos grandes de la Transición y de la democracia». También Zapatero tuvo que levantarse del asiento cuando la candidata alabó su figura por haber impulsado «el máximo avance para la libertad de las mujeres».
Las encuestas y estudios que maneja la dirección del PSOE apuntan a una victoria, ajustada, pero victoria sobre el PP en las elecciones europeas. Sería la primera de ámbito nacional desde 2008, cuando Zapatero ganó las generales por segunda vez a Mariano Rajoy, y supondría una inyección de moral para el alicaído partido opositor tras los descalabros en las autonómicas, municipales y generales de hace tres años. «De no ser así -comentaba una destacada dirigente- que el último apague a la luz y vengan otros».
El PSOE sabe que su granero de votos está en la abstención, en los casi tres millones de personas que abandonaron a los socialistas en las últimas generales y que se quedaron en casa. Todos los estudios postelectorales coincidieron en que apenas hubo trasvase de voto del PSOE al PP. Los populares solo lograron en las elecciones de 2011 medio millón de papeletas más que tres años antes. A esos potenciales votantes se dirigió Valenciano, porque «no basta con indignarse» con el PP, «hay que votar, ganar y cambiar». Es, proclamó «ahora o nunca».
Tanto Valenciano como Rubalcaba intentaron exprimir el hecho de que el PP aún no tenga cabeza de cartel para los comicios. No lo tiene porque, según la candidata, «nadie quiere poner la cara» por la gestión de Rajoy; y según el secretario general del PSOE, porque «está debajo de la cama» para no rendir cuentas por la labor del Gobierno.
Presiones internas
La número uno de los socialistas agradeció que aunque sea por unos días se hayan silenciado las rencillas internas por el liderazgo en el partido. «Nunca ha habido una candidata que haya sentido tanto apoyo como yo hoy», confesó. Atribuyó ese respaldo al trabajo que ha tenido que llevar a cabo el líder del PSOE en la travesía del desierto que iniciaron los socialistas hace tres años. «Gracias Alfredo -dijo- por cumplir tu palabra y hacerte cargo del partido en un momento muy difícil, gracias por haber cumplido tu palabra y no haberte dejado quebrar».
Un agradecimiento en clave interna a Rubalcaba y que aludía a la resistencia del secretario general ante las presiones desde el Congreso del PSOE de Sevilla en febrero de 2012, el que ganó a Chacón, para que renunciara al liderazgo al partido y convocara elecciones primarias.
Valenciano también se acordó de Rajoy, al que definió como «el hombre que no habla de las mujeres» en un remedo de la novela de Stieg Larsson, 'Los hombres que no amaban a las mujeres'. Sostuvo que el presidente del Gobierno «nunca ha dicho una palabra» de la violencia machista o sobre «el derecho» de las mujeres a decidir sobre su maternidad. Una idea sobre la que también incidió Rubalcaba, que reclamó al presidente que impulse la creación de un grupo de trabajo de todas las administraciones y partidos para abordar la violencia sexista.
El alemán Schulz no quiso quedarse fuera y en un discurso leído en castellano introdujo algunas dosis de autocrítica cuando preguntó a los socialistas si la derrota es consecuencia de que «los votantes nos abandonaron o somos nosotros los que abandonamos a los votantes».