Un Madrid ciclotímico
Los pitos a un emblema como Cristiano demuestran lo exagerado de un club que pasa del éxtasis a la depresión en tres días
MADRIDActualizado:Los clubes grandes siempre están expuestos a las interpretaciones y conclusiones exageradas, pero lo que le ocurre al Real Madrid ya es hiperbólico. «De vez en cuando comprendo los pitos porque a veces nos lo merecemos, pero ante el Rayo Vallecano no. Necesitamos la ayuda de todos, pero silbar a Cristiano es incomprensible», se quejó amargamente Carlo Ancelotti tras la goleada ante el Rayo en una noche de fenómenos extraños,
Carletto es una voz autorizada por su experiencia y porque casi siempre ha trabajado en equipos grandes, convive con la presión y pertenece a un país también peleado en lo futbolístico con la virtud del término medio. Seguramente en la Reggiana, a la que ascendió a la Serie A, y con el Parma, al que guió al subcampeonato, pudo trabajar sin tanto foco apuntándole como en la Juventus, el Milan, el Chelsea o el París Saint Germain. Pero ya tiene asimilado que el Madrid es diferente a todo.
Después de 31 partidos sin perder en todas las competiciones, la sensación era de éxtasis antes del clásico. Cristiano era un ‘Balón de Oro’ sin tacha, la defensa ofrecía plenas garantías, Xabi Alonso, Modric y Di María formaban un centro del campo muy equilibrado y competitivo, Gareth Bale producía goles y asistencias mientras se adaptaba y Karim Benzema, bien asesorado por Zidane, ya era un ariete de plenas garantías para el Madrid.
Sin embargo, las derrotas en el clásico y ante el Sevilla tuvieron un efecto devastador en la afición y en la crítica. Ahora, diferentes sectores señalan Diego López, víctima de un debate recrudecido que él no provocó, no entienden algunas frivolidades de Sergio Ramos, cuestionan el estado físico de Xabi Alonso, lamentan la falta de coraje de Benzema, que falló dos goles cantados ante el Rayo, abuchean al galés y, lo que resulta más sorprendente, reprochan algunas acciones al mismísimo Cristiano. Frente a los de Paco Jémez afearon públicamente su excesivo individualismo en alguna jugada.
Aunque sea de forma puntual y minoritaria, atacar al mayor patrimonio del club, recientemente renovado hasta 2018 y valorado como nadie en el mundo (cobra 17 millones netos al año), no lo soporta Florentino Pérez ni lo comprende Ancelotti, que también escuchó algunos pitos cuando su hombre y apellidos sonaron por la megafonía del estadio en los prolegómenos del partido. A la hora de los cambios ante el rayo, una parte importante de la grada no compartió que Cristiano, con algún problemilla en ambas rodillas, y Alonso, no disfrutasen de un descanso reparador.
Conjura en el vestuario
Tras caer en Sevilla, el equipo merengue que tuvo que conjurarse para reafirmarse en sus principios, agarrarse a sus opciones de ganar la Liga, ahora complicadas, y, sobre todo, de conquistar una décima Copa de Europa que ven factible. Tras su golazo que puso la guinda ante los franjirrojos y de reconocer que cuando se juega sólo un minuto, como ante el Barça, es difícil reivindicarse, el canterano Álvaro Morata confesó que habían hablado en el seno de la plantilla para remar todos en la misma dirección, sacar todos los puntos posibles y presentar batalla hasta el final.
«Si ganamos todos los partidos hasta el final, seguro que levantamos como mínimo la ‘Champions’ y la Copa del Rey», apuntó Ancelotti el sábado por la noche. Los jugadores y el cuerpo técnico consideran decisiva la próxima semana. Una victoria contundente ante el Borussia Dortmund, el miércoles, despejaría el camino hacia semifinales de la ‘Champions’ y rearmaría de moral al grupo de cara a la difícil visita del fin de semana a Anoeta, donde una victoria dejaría al Madrid le daría alas para el final de Liga.
-Los pitos a un emblema como Cristiano demuestran lo exagerado de un club que pasa del éxtasis a la depresión en tres días.