Cuba aprueba una nueva ley para atraer la inversión extranjera
El Gobierno promete facilidades burocráticas y ventajas tributarias ante la necesidad de que su débil economía crezca entre un 5 y un 7%
LA HABANA. Actualizado: GuardarEl Parlamento cubano aprobó ayer por unanimidad la nueva Ley de Inversión Extranjera, calificada como «estratégica para el desarrollo económico». Ofrece facilidades burocráticas y ventajas tributarias esenciales para captar entre 1.500 y 2.300 millones de euros. La inyección se traduciría en un crecimiento del PIB que permita profundizar las reformas económicas emprendidas por Raúl Castro en los últimos seis años sin «vender el país al mejor postor».
Entre los principales atractivos del proyecto aprobado en una sesión extraordinaria destaca la reducción del impuesto sobre utilidades al 15% -la mitad del actual-, salvo en el sector de la minería, el petróleo y otras materias primas, que puede elevarse hasta el 45% pero con una exención durante los ocho primeros años. La ley entrará en vigor a los 90 días de ser publicada en la Gaceta Oficial.
La nueva norma, basada en la primera Ley de Inversión Extranjera de fines de 1995 adoptada cuando la isla vivía el llamado 'Periodo Especial' tras la caída de la URSS, elimina el impuesto sobre uso de mano de obra, y concede a los inversores la exención del pago sobre la renta personal. Sin embargo, mantiene la obligatoriedad de contratación preferente de cubanos a través de entidades empleadoras que cobran al extranjero en divisa y pagan al empleado en moneda nacional. Esta regla cuesta muy cara al empleador y satisface poco al trabajador, que generalmente recibe importes inferiores.
En principio «todos los sectores, excepto en los servicios de salud y educación a la población y todas las instituciones armadas, salvo en sus sistemas empresariales», quedarán abiertos al capital extranjero. Los diputados aclararon que por mandato constitucional los medios de comunicación y la actividad jurídica seguirán en manos del Estado. Anteriormente sólo las empresas estatales podían formar empresas mixtas o asociarse con foráneos. A partir de ahora, al menos sobre el papel, se ampliará a fincas privadas y cooperativas no agrícolas.
El vicepresidente encargado de la Economía, Marino Murillo, precisó que «esta nueva ley tiene principios para actividades específicas y si bien será un complemento a nivel global de toda la economía, en algunos sectores será determinante en el desarrollo que debemos alcanzar». El alto funcionario agregó que «la economía hace falta que crezca mínimo entre un 5% y 7% y eso demanda una financiación externa».
La comunidad exiliada
Respecto a la posibilidad de que cubanos exiliados puedan invertir en Cuba, ya contemplada en la anterior regulación pero que en la práctica se vetaba, el ministro de Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca comentó ante la asamblea: «Cuba no irá a buscar inversión extranjera a Miami».
Los cubanoamericanos que quieran hacer negocios en Cuba no deberán tener «posiciones adversas al proceso revolucionario ni estar vinculados con la mafia terrorista miamense (anticastristas)». Por otra parte, deben ofrecer al país un «negocio de interés sustantivo».
Según Malmierca, «la atracción del capital extranjero estará orientada hacia grandes y necesarios proyectos que contribuyan al desarrollo económico y social de Cuba». Y el Gobierno tendrá la última palabra a la hora de aceptarlos.