El círculo personal de cada militante será clave en las primarias del PSOE
La experiencia valenciana convence a los aspirantes de que para ganar es preciso contar con sólidos apoyos orgánicos
Actualizado: GuardarHace más de medio siglo que los sociólogos Paul Lazarsfel, Bernard Berelson y Hazel Gaudet teorizaron sobre el modo en el que los ciudadanos toman sus decisiones durante una campaña electoral para llegar a una conclusión: más que los medios de comunicación son los líderes de opinión dentro de familias o círculos sociales los que marcan el comportamiento del electorado. Las primarias abiertas celebradas por los socialistas valencianos el pasado 9 de marzo parecen confirmar la teoría. Y eso ha cambiado la estrategia de algunos aspirantes a encabezar las listas del PSOE en las próximas generales.
Durante muchos años, especialmente después de la victoria de Josep Borrell sobre el entonces secretario general del partido, Joaquín Almunia, en las primarias de 1998, el principal partido de la oposición ha primado la creencia de que, por sistema, ha de existir un voto de castigo hacia quien sea identificado con el 'aparato' y que predecir lo que ocurrirá en un proceso electoral interno de esas características es misión imposible. O sea, que «las primarias las carga el diablo»; una frase repetida hasta la saciedad.
«La experiencia valenciana demuestra que el músculo del partido es muy importante para lograr una alta movilización -dicen ahora en el entorno de una de las más seguras candidatas a las primarias que tendrán lugar en noviembre, Carme Chacón- pero también que el apoyo del partido es clave para el candidato». Es lo mismo que se advierte desde la ejecutiva federal del partido. «El asalto de fuera a dentro es una mala estrategia -dicen-, no es sólo el caso de Ximo Puig (secretario general del PSPV y ya candidato socialista a la presidencia de la Generalitat valenciana), también en las primarias francesas e italianas ocurrió lo mismo».
Son los militantes los que animan a amigos y conocidos a participar. Y serán los cerca de 216.000 afiliados a los que se tendrán que ganar los candidatos. Primero porque necesitan sus avales, alrededor de 11.000, para poder concurrir a las primarias, pero además porque con toda seguridad serán ellos los que filtren la opinión mediática y ejerzan como líderes de opinión en sus entornos cercanos. Y algo similar ocurre con los barones; a pesar de que casi todos los aspirantes están convencidos de que los secretarios regionales evitarán mojarse directamente para no comprometer su propio liderazgo en vísperas de las autonómicas de mayo de 2015, asumen que su apoyo en la sombra es crucial.
Ninguno de los cuatro contendientes que encabezan las quinielas, Eduardo Madina, Carme Chacón, Patxi López y Pedro Sánchez, desaprovecha la más mínima oportunidad de acudir a la llamada de las agrupaciones en distintos territorios para tejer sus redes.
La política catalana, que abandonó su escaño el pasado agosto para ejercer como profesora en una universidad de Miami durante nueve meses, lo tiene más difícil, pero los principales responsables de su campaña para el 38 Congreso en el que perdió frente a Alfredo Pérez Rubalcaba mantienen la maquinaria engrasada y ella aprovecha sus visitas a España, siempre en citas clave del PSOE, para intensificar contactos. En su último viaje, este mes, aprovechó para asistir al Congreso de UGT tras su paso por el Comité Federal del partido. Pero incluso desde Miami emite señales. Esta semana la agencia alemana Dpa recogía su afirmación, durante una charla en Dade College, de que España tendrá una mujer presidenta. «Será algo muy grande en un país machista», dijo.
Los suyos dicen que conserva intactos la mayor parte de los apoyos que cosechó en el congreso de Sevilla. Los demás lo ponen en duda. Cuestionan que Cataluña vuelva a darle su apoyo cerrado tras su desmarque de decisiones tomadas por la dirección del PSC y su marcha al extranjero en un momento de extrema dificultad para su formación. «Edu (Madina) lo ha sabido ver muy bien y ha ganado allí mucho terreno», dicen fuentes de la dirección que visitan con frecuencia Cataluña.
El secretario general del grupo parlamentario cree tener un amplio respaldo en Andalucía, aunque lo mismo dicen los de Chacón, Cataluña, Extremadura y Asturias. Y en el círculo de Sánchez, el menos conocido de los aspirantes, ven posible picotear en distintas parcelas. Ahora bien, todos admiten que es pronto para hacer cálculos porque el escenario puede cambiar enormemente si al final Alfredo Pérez Rubalcaba decide presentarse. Lo que ocurra en las elecciones europeas del 25 de mayo será determinante.
«Barbaridades»
«A medida que las posibilidades de una victoria se ven como más ciertas la propensión de este partido a cometer barbaridades disminuye», dice con cierta sorna un dirigente. No es el único que lo piensa. «Si nos va muy mal en las europeas habrá una tómbola (de candidatos), si nos va bien es probable que se logre cierto consenso en torno a algo que todavía no sabemos qué es», afirma otro hombre de peso en el partido.
Un consenso que, dice una tercera fuente, hay que intentar forjar con los barones. Porque las primarias no las carga el diablo, las carga el PSOE.