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FÚTBOL | primera división

El Barça se lleva el derbi de penalti y con polémica

Los azulgrana encadenan cuatro victorias seguidas y cogen ritmo en el momento decisivo de la temporada

CRISTIAN REINO
BARCELONAActualizado:

El Barça arrancó este sábado tres puntos de oro en su visita a Cornellà-El Prat. Y lo hizo gracias a un penalti, transformado por Messi, que dará mucho que hablar. Fue en el minuto 76, por mano clara de Javi López, aunque los jugadores del Espanyol reclamaron al árbitro que en la misma jugada, instantes antes, Neymar tocó el balón con el brazo al intentar controlar la pelota.

Ni viendo cinco repeticiones estaba claro. Pero la Liga está tan justa y hay tanta igualdad entre los tres primeros que un mínimo detalle, como el de la jugada que marcó el derbi catalán, puede resultar decisivo. La polémica rodeó una vez más la victoria azulgrana y los de Martino continúan con paso firme hacia la conquista del título. Frente al Valladolid, en el Zorrilla, tocaron fondo y desde entonces han encadenado un cuatro de cuatro que les permite depender de sí mismos para levantar la Liga. Lo tienen todo de cara, cuando parecía que lo tenían todo perdido. Ya lo dijo Mascherano: «No nos den por muertos antes de tiempo».

El derbi barcelonés tuvo un sabor añejo. Polémica, intensidad, penalti, tarjetas, un expulsado (Casilla), un jugador de campo (Javi López) que tuvo que ponerse de portero, faltas subidas de tono y piques entre los jugadores. La gracia habitual de un clásico regional, que como la mayoría de las veces ganó el equipo blaugrana. Los hombres de Tata no hicieron su mejor partido, en parte porque el rival neutralizó su juego, pero los culés supieron adaptarse al encuentro, dejarse de florituras y ponerse el mono de trabajo, que es lo que tocaba ante un adversario que apretó y mordió de lo lindo.

Más trabajo que estética

El Barça sufrió, dejó la estética para otra ocasión y se encomendó a sus estrellas, Neymar y Messi, a ver si eran capaces de pescar alguna ocasión aislada y resolvían el choque. Más o menos fue así, aunque los pericos podrán decir que con la colaboración arbitral, ya a Clos Gómez le piden un posible penalti de Mascherano a Javi López en la primera mitad.

El derbi fue eléctrico, emocionante y de alguna manera se planteó como una lucha de estilos. El Barça intentaba tocar, abrir el campo, controlar la pelota, frente a un Espanyol que no da tanta importancia a la posesión y que prefiere jugar a robar para lanzar a las contras.

Con Iniesta en el banquillo y Cesc y Pedro en el once, el cuadro azulgrana no combinó como le gusta. Los laterales periquitos sujetaban bien a Neymar y Pedro y entre Stuani y Simao impedían que Alba y Alves subieran por las bandas como acostumbran. Sin juego exterior, el equipo de Martino no carburaba demasiado y además sufría cada vez que perdía la pelota.

Sergio García está de dulce. Ha madurado, se ha echado el equipo a la espalda y recuerda al delantero letal que Luis Aragonés se llevó a la Eurocopa de 2008. Le acompaña Pizzi, que también es peligroso, aunque frente al Barça pudo resolver mediada la primera parte, tras una gran asistencia del nueve barcelonés. Poco antes, Neymar había emulado a Cardeñosa.

El partido no tenía brillo, pero sí una intensidad casi estresante y el despliegue físico de ambos recordaba al de un partido de la Bundesliga. Y en esas circunstancias, el Barça no está cómodo, aunque los artistas también tienen que bajar al barro de vez en cuando y realizar encargos que no son de su agrado.

Tras la reanudación, la tónica fue más o menos similar, con la diferencia de que el ritmo de la primera parte empezaba a pesar en las piernas. David López y Víctor Sánchez llegaban a todos los balones y seguían dominando el centro del campo, frente a Xavi, Cesc y Busquets, que en esta ocasión tuvieron que emplearse en labores más ingratas.

Los azulgrana no circulaban la pelota como deseaban porque el Espanyol ponía una presión muy fuerte, porque sabía romper el ritmo con faltas y cerraba todos los huecos. Con dos pivotes muy consistentes y un tridente de interiores que también trabaja mirando hacia atrás, aunque sin renunciar a salir como balas, el equipo de Martino no veía por dónde podía hincarle el diente al derbi.

Sin embargo, a falta de 20 minutos, el partido empezó a romperse, se convirtió en un ida y vuelta por culpa del cansancio y los delanteros azulgrana empezaron a afilarse los colmillos. Piqué avisó con un remate al larguero, tras un saque de esquina, y Martino tocó a rebato. Con el Espanyol casi pidiendo la hora con un cuarto de hora largo por delante, llegó la jugada que marcó el choque. Después de un control de Neymar presuntamente con el brazo, el balón salió despedido e impactó -de manera involuntaria pero clara- en la mano de Javi López. Penalti, que Messi no falló y sentenció el encuentro.

A partir de ahí, los blanquiazules perdieron el norte. Más aún tras la expulsión (minuto 82) de Kiko Casilla, que detuvo fuera del área un disparo de Messi. Javi López, que estuvo en todas las jugadas picantes, tuvo que ponerse los guantes, porque Aguirre ya había hecho los tres cambios. El partido ya estaba acabado, aunque el portero perico pudo lucirse ante una vaselina de Alexis.