Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
Ruth Gabriel se sube por primera vez a las tablas del Teatro Las Cortes. :: L. V.
Ruth Gabriel | Actriz

«Para un actor hay mil cosas más importantes que firmar un autógrafo o tener un premio»

La intérprete que ganó un Goya con 'Días contados' protagoniza hoy la obra 'Una vida robada' junto a Asunción Balaguer y Carlos Álvarez-Novoa

ROCÍO VÁZQUEZ
CÁDIZ.Actualizado:

La de esta noche es su primera actuación en casa, de ahí la emoción. Y los nervios, a pesar de toda una vida dedicada a la interpretación. La actriz Ruth Gabriel (San Fernando, 1974, hija de Ana Rosseti e Ismael Sánchez), se sube hoy, Día Mundial del Teatro, a las tablas de Las Cortes para dar vida a Luz, una joven que busca a su verdadera familia. Una función que retrata, con algún necesario guiño a la risa, el drama de los bebés robados. El reparto de esta obra escrita por Antonio Muñoz de Mesa y dirigida por Julián Fuentes Reta, se completa con los veteranos Carlos Álvarez Novoa y Asunción Balaguer, además del nieto de ésta, Liberto Rabal.

- 'En una vida robada' da vida a una chica en busca de su verdadera familia, ¿cómo se ha preparado para encarnar a un personaje que, a priori, no tiene nada que ver con usted?

-Los actores siempre decimos que hay algo de cada personaje que podemos encontrar en nosotros mismos y efectivamente en este caso lo he tenido que buscar al máximo. Es ese momento que todos hemos vivido, de querer investigar más a fondo a través de la retrospección o a través de nuestros propios familiares quiénes somos, de dónde venimos, por qué somos así, esas raíces que nos han alimentado hasta llegar a ser lo que hacemos. Yo me basé fundamentalmente en eso y luego también ha habido una parte de hemeroteca. He conocido a dos personas que han vivido una situación parecida que me han ayudado a conocer de una forma más personal el tema del que hablamos en la obra.

-¿Es el de Luz uno de los papeles que más le ha costado desenmarañar?

-La historia se va desencadenando según Luz va realizando sus descubrimientos. Al estar escrita así, yo voy evolucionando a medida que transcurre la obra y tengo donde agarrarme. Yo tenía muchas opciones de cómo iba a enfocarlo y finalmente lo enfoqué como que era una mujer que iba a por todas a cumplir sus objetivos. Luz quiere saber la verdad a pesar de lo que signifique esa verdad.

-El reparto de la obra es un lujo. ¿Qué tiene en cuenta a la hora de elegir un papel, la trama o los compañeros?

-Cuando lees un guion o un libreto tiene que haber un punto de identificación con el personaje y tiene que ser inmediato. A mí me pasó con Luz, a pesar de no tener nada que ver la una con la otra, sentí que en el alma de ella había algo en común conmigo. El reparto también influye por supuesto, tanto positiva como negativamente. Cuando yo vi que en esta obra estaban Carlos y Asunción casi me vuelvo loca, es un sueño hecho realidad.

-¿Es cierto eso de que un actor aprende según quien tenga al lado del escenario?

-Mi padre que era actor me enseñó que siempre se aprende, tanto de las experiencias positivas como de las negativas. Además lo puedes decidir tú, puedes decidir estar amargado o fortalecerte y tomar notas para los siguientes proyectos.

-¿Cómo ha evolucionado su carrera como actriz de teatro?

-Lo bueno que tiene esta profesión es que puedes seguir aprendiendo toda tu vida, es como que no tiene fin. Yo disfruto del teatro, sé que he aprendido muchísimo, disfruto de todos estos encuentros, de los compañeros, de los proyectos, que me han hecho avanzar muchísimo. Por otro lado, sé que me queda una eternidad por delante. Es muy impactante lo que se aprende con un sólo proyecto.

-¿Pero cree que en su caso la escena le ha comido ya el terreno al cine y la televisión?

-Yo no idealizo el teatro, a mí me encanta, me hace muy feliz. Nací en el teatro, crecí en televisión y me hice actriz en el cine, son cosas que están muy pegadas a mi vida y para mí las tres son muy importantes, de todas he aprendido muchísimo y me han hecho ser quien soy tanto a nivel profesional como personal, pero no tengo ninguna preferencia, me siento una privilegiada por poder compaginarlas todas.

-Pero, ¿con qué se siente más cómoda?

-No me siento más cómoda en ninguno sobre el otro. Me siento más cómoda o incómoda según el proyecto en cuestión, no el formato. En teatro tuve un maestro magnífico, José Carlos Plaza, que me ayudó a sentirme cómoda, pero eso no significa que se me quitara el miedo. Miedo sigo sintiendo en cada uno de mis proyectos, pero no me siento más de un lado que de otro.

-Empezó de niña y con menos de 20 ya tenía un Goya por su papel en 'Días contados', ¿cómo se logra mantener los pies en el suelo siendo tan joven y viéndose tan alto?

-No lo sé, igual tiene mucho que ver con haber visto a mi familia dedicarse a esto. He visto lo que es la profesión, que no es tener más o menos éxitos, sino trabajar, aprender, disfrutar, avanzar, sentirte grande y pequeño... Son mil cosas mucho más importantes que que te pidan un autógrafo por la calle.

-¿A pesar de los malos momentos?

-Como en todas las profesiones, se pasan malos momentos. También he aprendido de mi entorno a no tenerle miedo a los momentos malos. El dicho de Dios aprieta pero no ahoga es realidad, cuando todo parece que va mal aparece un proyecto que te devuelve la ilusión.

-Debe de ser más fácil cuando a pesar de todo uno tiene claro lo que quiere...

-No sé si será bueno o malo, más fácil o difícil, pero yo no me planteo hacer otra cosa en mi vida. La verdad es que no tengo un plan b pero tampoco me apetece planteármelo.

-¿Es la comedia su asignatura pendiente?

-Me deben de ver con cara de mucho sufrimiento, pero la gente que me conoce se ríe conmigo y yo me rio con todo, nadie se lo imagina. Sí, está pendiente. Simplemente quiero que me den la oportunidad de contar un chiste. (Ríe)

-Hoy es el Día Mundial del Teatro, en cuanto a público no es que exista la tan nombrada crisis, ¿no?

-Es cierto que el teatro lleva siglos muriéndose, pero nunca llega a consumarse. El teatro te da la oportunidad de tener cerca, de sentir la respiración de los actores, de tener justo delante de nuestras narices nuestra realidad, las cosas que entendemos, las que no llegamos a entender del todo, las que sentimos... Puedes vivir las realidades teniéndolas por delante, eres espectador por lo que no te termina de machacar del todo, sólo te acercas mucho. Y la gente necesita encontrarse a través de esas historias.