Una cumbre «exitosa» sin unanimidad

La III Cumbre bienal sobre Seguridad Nuclear concluyó ayer en La Haya después de dos intensas jornadas con el compromiso genérico para reducir el material nuclear peligroso que podría ser utilizado por terroristas o incluso compartir cierta información pero sin contar con el respaldo unánime de todos los participantes para dar un paso más en este campo y permitir una mayor transparencia a la hora de controlar los arsenales.

Era lo esperado, de ahí que los «importantes avances logrados» y suscritos por 35 de los 53 países participantes fueran destacados como un «éxito» por el anfitrión de la cita, el primer ministro holandés Mark Rutte. En líneas generales, todos los participantes -Putin no asistió, aunque sí su ministro de Exteriores- se comprometieron a implementar las directrices del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) y, de ellos, 35 aprobaron someterse a evaluaciones internacionales de sus medidas de protección y a adoptar a nivel legislativo nacional directrices en ese ámbito. En el bando de los 'no firmantes', destaca sobre todo la presencia de China, Rusia, India, Pakistán, Argentina o Brasil -Chile y México fueron los otros dos países latinoamericanos participantes pero sí se sumaron a la mayoría-.

«La principal conclusión es que nuestro compromiso político es inquebrantable» en favor de la seguridad nuclear, enfatizó Rutte. Lo hizo en una comparecencia conjunta con Barack Obama, quien insistió en que «no hay que relajarse sino más bien acelerar los esfuerzos para reforzar la cumbre de cara a 2016», cuando la su país organice el encuentro.

En su declaración final, los líderes mundiales sí dejaron constancia de que «cuánto menos cantidad de material nuclear haya , menor es el riesgo», por lo que acordaron almacenar el mínimo posible y pedir a los que utilizan uranio enriquecido o plutonio como combustible para generar energía que limiten las cantidades.