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Fútbol | Primera División

El Madrid se deja media Liga en el Pizjuán

Los de Ancelotti sucumbieron ante un Sevilla en el que Bacca y Rakitic marcaron diferencias

IGNACIO TYLKO
MADRIDActualizado:

El Madrid tuvo corazón pero careció de cabeza y se dejó media Liga en el Sánchez Pizjuán ante un rocoso Sevilla que se defendió de maravilla, supo remontar y marcó diferencias con la genialidad de Rakitic y la rapidez de Bacca. El colombiano se convirtió en una pesadilla de un adversario sin fútbol en el centro del campo, nervioso y con serias dificultades en su balance defensivo. Si antes del clásico parecía un equipo invencible, capaz incluso de encadenar 31 jornadas sin perder y acercarse a un récord de tiempos de Leo Beenhakker, ahora el Madrid se deshilacha porque lo fía todo a acciones individuales de Cristiano y ya no encuentra el equilibrio en el centro del campo. El perfil de Xabi Alonso y Modric es inferior al de hace algunas semanas. A falta de ocho jornadas, el Madrid es tercero en la tabla, sigue sin dar la talla ante rivales de enjundia, y está a dos partidos del Atlético, que le supera por tres puntos y en el average particular. Echó de menos a Jesé y más cintura táctica de su entrenador, que hizo el segundo cambio al dar entrada a Morata cuando se cumplía el tiempo reglamentado.

Tras la derrota ante el Barça, muy dolorosa e inesperada para el madridismo, los de Ancelotti salieron con enorme ímpetu en el Pizjuán ante un Sevilla que venía de encadenar cinco triunfos consecutivos y logró batir el récord logrado con Manolo Jiménez en el banquillo en la campaña 2009-10. Le salió a la perfección el plan de jugar siempre agazapado en su campo y fiarlo todo a las acciones de estrategia y a los contragolpes. El balón y el dominio fueron de los de Ancelotti, a pesar de que el técnico italiano prefirió al final el sentido táctico de Illarramendi al desequilibrio y la magia de Isco. Ante un rival muy compacto y con enorme músculo en el centro del campo, al preparador de Reggiolo le salió la vena italiana.

Avisaron primero los andaluces tras una acción de pizarra que inició Rakitic y en la que Illarramendi salvó el remate claro de Fazio, pero el Madrid se adueñó enseguida de la situación y comenzó a generar ocasiones. No fue el mejor día para las combinaciones de los ‘azules’, precipitados y ansiosos, pero si se les deja dominar el riesgo es enorme porque su capacidad para fabricar ocasiones es indiscutible. Cristiano comenzó a jugárselas desde todos los lados y encontró premio tras una falta rigurosa falta que él mismo provocó y lanzó. Tuvo fortuna, ya que el balón se desvió tras golpear en un brazo despegado de Bacca.

Beto, clave

El Madrid había hecho lo más difícil y daba la sensación de poder cerrar el duelo en cualquier momento. Beto, decisivo anoche, salvó una combinación extraordinaria entre Cristiano, Carvajal y Benzema. Los detalles más vistosos y diferentes los dejaba el francés, mejor en los desmarques y en los pases entre las líneas enemigas que en los remates finales. Sobre todo, tuvo una de cabeza que falló de forma incomprensible. Comenzó el curso muy discutido pero llegan los exámenes finales y de la magia del francés dependen en gran medida las notas del primer proyecto de Carletto.

Se complicaron la existencia los visitantes por una pérdida de Xabi Alonso que aprovecharon Reyes y Bacca tras una gran combinación. Como ante el Barça, el donostiarra evidenció que no se encuentra en su mejor momento. Sufre cuando los duelos se desgobiernan y se le exige sprintar y realizar esfuerzos de ida y vuelta. Tuvo otra Reyes, de nuevo tras conectar con el veloz y versátil Bacca, pero las opciones de gol siguieron cayendo del lado madridista. La mejor fue de Cristiano, que se anticipó a la salida de Beto pero, ya muy forzado, lanzó al palo.

El duelo siguió por los mismos derroteros tras el descanso, aunque cada vez los nervionenses se encontraban más felices en su cueva y el Madrid sufría más de ansiedad porque sabía que se le escapaba buena parte de la Liga. Cristiano seguía haciendo la guerra por su cuenta y se echaban en falta pausa, toque, imaginación y desborde para marcar diferencias. Mediado el segundo acto, Carletto decidió quitar a Illarra y buscar algo distinto con Isco. Quizá hizo más deméritos Alonso que Illarra, pero los galones mandan. Poco después de ese cambio llegó una genialidad de Rakitic, con espuela incluida, un tremendo desajuste defensivo, ya que Pepe se fue hasta el campo rival a perseguir al croata, y un contragolpe de libro que definió Bacca entre las piernas de Diego López. Esta vez, ni siquiera a la desesperada el Madrid pudo salvarse. Sus jugadores piden perdón a su afición y los rivales aún sueñan con la ‘Champions’.