Al menos 8 muertos y 108 desaparecidos en Seattle por un deslizamiento de tierras

No hubo ningún terremoto, pero de pronto la montaña se abrió y dejó caer toda una colina sobre el río Stillaguamish, que inmediatamente se desbordó, lanzando montaña abajo una lenga de fango. A lo largo del fin de semana los equipos de emergencia han encontrado ocho cadáveres y siete heridos graves, pero lo que les mantiene en la búsqueda son los 108 desaparecidos cuando se produjo el deslizamiento de tierras cerca de Oso, a una hora al norte de Seattle.

Algunas de las 25 casas que la lengua de piedras y fango se llevó por delante quedaron hechas pedazos en medio de la carretera estatal 530, pero otras siguen debajo de esa laguna de arenas movedizas que los equipos de rescate remueven. En algunos puntos tiene hasta seis metros de profundidad y supone un riesgo para los mismos socorristas.

Los perros que buscan entre los escombros pierden su olfato en el barro, por lo que se contó con aviones y helicópteros equipados con lectores térmicos que escanean la mancha de kilómetro y medio.

A esas 25 casas hay que sumar otras 49 parcelas con estructuras tipo cabañas que proporcionaban «algún tipo de morada temporal», explicó ayer John Pennington, jefe del Departamento de Emergencias del condado. Para él, el balance final no se aproximará «ni de lejos» al número de 108 desaparecidos, pero advirtió que la tragedia es de grandes proporciones y el panorama para los que de verdad estén ahí, «muy sombrío». «Es mucho peor de lo que todo el mundo ha estado diciendo», confesó un bombero.