Familiares y amigos despiden a Iñaki Azkuna

El cuerpo del alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, ha sido incinerado hoy a las diez de la mañana en el crematorio del cementerio de Derio, en Bilbao, en la más estricta intimidad. Mañana, la familia llevará los restos mortales al camposanto de Durango donde se encuentra el panteón familiar de Azluna, fallecido en la tarde del jueves. En el traslado se quedarán "decenas" de ramos de flores que ayer inundaron el tanatorio, enviados por vecinos de la Villa, pero también desde otras localidades de Vizcaya y fuera del País Vasco. En los ramos predominaron el "rojo y el blanco, dos colores muy de Bilbao". Una persona se acercó espontáneamente para entregar "una rosa" a los empleados del tanatorio, que no dudaron en dejar la flor en la sala de velatorios. "Cada dos minutos llama alguien para enviar flores; era una persona muy conocida y querida", recalcaron ayer en el servicio funerario.

El cuerpo de Azkuna ha sido trasladado esta mañana desde el tanatorio Nuestra Señora de Begoña hasta Derio, donde ha sido incinerado en un acto privado. Además de los familiares y los más allegados, en el lugar se encuentran los compañeros de partido más cercanos. El lehendakari, Iñigo Urkullu, y los exlehendakaris Juan José Ibarretxe y José Antonio Ardanza; el presidente del EBB, Andoni Ortuzar; la presidenta del BBB, Itxaso Atutxa; el expresidente del Parlamento vasco, Juan María Atutxa; los concejales del equipo de gobierno, entre ellos, el nuevo alcalde, Ibon Areso, además de la mano derecha de Azkuna, Andoni Aldekoa.

Mañana, las cenizas del alcalde de Bilbao serán trasladadas al cementerio de la localidad vizcaína de Durango, lugar en el que nació Iñaki Azkuna. Regresa así a su villa natal, de la que se marchó muy joven para estudiar. El alcalde de Bilbao durante los últimos quince años descansará en el sencillo panteón que su familia tiene en Durango. Compartirá estancia con su esposa Anabella Domínguez, que falleció hace año y medio, además de sus padres, Ángel y Vicenta, y su única hermana Marisol. Los restos de sus abuelos maternos y de otros familiares y allegados completan la estancia.

El camposanto de Durango es el lugar de la villa que Azkuna visitaba todos los años. "No faltaba en el día de Todos los Santos", comentan algunos de sus familiares y conocidos. Tampoco faltó al 75 aniversario del bombardeo que asoló Durango y provocó la muerte de 336 vecinos. La cita fue el 31 de marzo de 2012. La alcaldesa de Durango, Aitziber Irigoras, recordaba ayer lo cumplidor que era con su pueblo natal. "Cuando le invite, tiempo atrás, me dijo que acudiría y al confirmar su asistencia, comprobé que había reservado toda la mañana para su pueblo. Por encima de todo, se mantenía durangués", señalaba con tristeza por la pérdida de su figura.

Las muestras de cariño por el alcalde continúan y los ciudadanos siguen depositando en las escalinatas del Ayuntamiento flores y mensajes en recuerdo de Azkuna. Bilbao vive el segundo día de luto por la muerte de Azkuna, cuyo funeral se oficiará el próximo lunes a las doce del mediodía en la catedral de Santiago.