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El músico bilbaíno Mikel Otero. / Redacción
MÚSICA

Granito a granito para lograr un sueño

DANIEL ROLDÁN
MADRIDActualizado:

Que la cultura está sufriendo ataques por todas partes no es ningún secreto. La tradicional (y extendida) piratería y la subida del IVA cultural al 21% están haciendo que muchos artistas lo estén pasando mal porque todo el proceso para sacar un disco a la venta, exponer un cuadro o montar una obra de teatro se ha complicado en exceso. También las discográficas se han visto seriamente perjudicadas. Ante el desplome de las ventas de discos, buscaron suplir algo los ingresos metiéndose en las giras de los grupos o quedándose parte de los derechos de las canciones y adelantando el dinero a los creadores.

Un panorama que a muchos artistas no convence y que hacen buscarse otras vías como la autogestión. Uno se lo prepara todo y organiza sin ayuda de una empresa profesional. Y, sobre todo, se lo financia. Luego la segunda parte, la de los artistas que quieren sacar su proyecto adelante, que lo tienen tan claro como de jugárselo a una carta llamada ‘crowfunding’. Es decir, pedir pasta a amigos, familiares e intentar convencer a desconocidos de que inviertan en un proyecto artístico. ¿Por qué? Por amistad, amor o porque simplemente gusta la idea. Así se financió ‘Tu voz entre otras mil’, el documental sobre Antonio Vega; o buscan la pasta necesaria la productora ‘Las del cine’, dos hermanas empeñadas en contar en un documental, ‘En Granada es posible’, que la ciudad andaluza es uno de los focos musicales de este país.

Y así ha podido Mikel Otero cumplir un sueño: sacar un disco en solitario. Después de salir de Zenttric (banda ya disuelta), el músico bilbaíno se empeñó en sacar un disco por su cuenta. Su ‘Audionave’ llamó a muchas puertas, pero todas estaban cerradas. Así que tiró por la calle del medio. “Grabé la mitad del disco con todos mis ahorros”, explica el guitarrista. Pero el dinero se acabó y queda toda la segunda parte. “Grabar con los músicos con los he colaborado, como Iván González (bajista que ha trabajado con M-Clan o Amaral) o Antonio Pérez (batería), llamar a otros y masterizar el disco, mejorar las mezclas, la producción…”, señala. Para ello solicitó hace una semana 7.000 euros en una web de ‘crowfunding’. Una semana más tarde ha superado ese tope, aunque las aportaciones, que pueden ser en dinero o comprando alguno de los ‘packs’ que se ofertan, para la ‘Audionave’ se pueden seguir haciendo en Mi Mayor Company hasta dentro de seis semanas. Otero está sorprendido por la respuesta ya que todavía no se aprecia el “enfoque artístico”.

En Francia, Alemania o Estados Unidos existe el llamado ‘equity crowfunding’: los aportadores se convierten en socios del producto cultural y se quedan con una parte, como si de una empresa se tratara. Aquí, en España, dista mucho de alcanzar este objetivo. Cuando termine el plazo para donar, Otero deberá quitar el 21% de IVA, el 5% de la tasa de la compañía que aloja el proyecto y algún que otro gasto derivado. Y si sobra dinero después de hacer el disco, se podrá hablar de mejorar la mercadotecnia, de la promoción y de hacer un videoclip. Todo por un sueño.