Cárcel para los agentes que asfixiaron a 37 detenidos en un furgón policial en Egipto
Los condenados dejaron a los arrestados horas al sol de agosto y sin agua y después lanzaron un bote de gas lacrimógeno dentro del vehículo
EL CAIRO.Actualizado:Fueron detenidos, muchos de ellos al azar, apelotonados en un furgón policial, y dejados al sol de agosto en El Cairo durante horas sin agua. Un bote de gas lacrimógeno lanzado dentro del vehículo cuando muchos de los arrestados se encontraban ya desmayados por el calor y la falta de oxígeno remató la faena.
Ayer, el comisario responsable de uno de los sucesos más oscuros de la violenta represión policial desencadenada tras el golpe de Estado del pasado julio fue condenado a 10 años de prisión. Otros tres agentes recibieron un año de cárcel, aunque no llegarán a ser encerrados ya que la pena ha sido suspendida. La de ayer es la primera condena a un miembro de las fuerzas de seguridad por las muertes de manifestantes y seguidores del depuesto presidente Mohamed Mursi desde que el mariscal Abdelfatah el-Sisi tomó las riendas de Egipto. Se calcula que cerca de 2.000 personas han fallecido a manos de los agentes desde entonces, mientras que otras 20.000 han sido detenidas.
Los familiares de las 37 víctimas del furgón policial, cuya historia quedó eclipsada por la masacre de cientos de islamistas de las plazas de Rabaa y El-Nahda pocos días antes, criticaron ayer que la sentencia no hacía justicia a los fallecidos. «Esto no es una sentencia. Es una absolución indirecta», se lamentaba ayer Mohamed Abdel Maabud, uno de los ocho supervivientes del suceso, en declaraciones a AP. En los últimos meses, algunos manifestantes han recibido sentencias mayores por protestar en la calle. Según uno de los abogados de las víctimas, la fiscalía había derivado el caso a un tribunal de delitos menores, que no podía imponer sentencias más duras, como la cadena perpetua o la pena capital. El tribunal de Al-Janka consideró ayer que el comisario Amr Faruk y los otros tres agentes eran culpables de homicidio imprudente y negligencia grave.
En su momento, el Ministerio del Interior alegó que los fallecidos y el resto de detenidos habían intentado huir, e incluso que habían secuestrado a un policía. Sin embargo, los supervivientes relataron al diario británico 'The Guardian' que la Policía lanzó el bote de gases lacrimógenos dentro del furgón para hacerles salir cuando la mayoría de los detenidos se habían desmayado dentro por el calor y la falta de oxígeno.