El diluvio de Aronofsky
El cómic y la cinta del director de 'Cisne Negro' reinventan el pasaje del arca de Noé huyendo de los cánones bíblicos
Actualizado: GuardarLa llegada al mundo del cómic del que ahora es uno de los directores más prometedores del gremio del séptimo arte fue lo más parecido a un éxodo creativo. Darren Aronosky buscó en esa disciplina refugio para la esencia de 'La fuente de la vida', una enrevesada metáfora cinematográfica cuya producción fue condenada al limbo durante tres años en el que su futuro estuvo francamente cuestionado. Aquel volumen, cuyas viñetas tomaron forma de la mano del dibujante Kent Williams, fue editado a través de una filial de DC Cómics que lo lanzó en 2005, una vez el rodaje se reactivó. En este particular debut, Aronosky contó con la compañía de su casi inseparable Ari Handel, quien, además de servirle como guionista y productor en un duradero tándem, ha firmado junto al neoyorquino todas sus incursiones en este terreno hasta ahora.
El binomio 'película-cómic' se vuelve a repetir ahora con una de las apuestas más mediáticas del currículum del de Brooklyn: la adaptación del pasaje del arca de Noé, uno de los capítulos bíblicos más conocidos, a la gran pantalla. Una ambiciosa metamorfosis para la que ha reclutado a un elenco integrado, entre otros, por consagrados del gremio como Russell Crowe o Anthony Hopkings y valores al alza como Emma Watson o Jennifer Connelly.
La novela gráfica (DeBolsillo) se vertebra en dos tomos que rompe el rígido corsé de las sagradas escrituras para servir una epopeya que exhibe ciertos toques que recuerdan algunos títulos de la factoría Marvel. Noé, con una estética y un físico más propio del musculoso Thor, es representado en esta ocasión como un héroe con determinación suficiente para reunir una pareja de cada especie y cumplir con el encargo divino pero con arrestos suficientes como para enfrentar el azote de las hordas de Acad, una especie de 'Atila el Huno', que encarna todos y cada uno de los argumentos con los que Dios se armó para modelar el castigo del diluvio universal. Todo ello en un mundo de cielos interestelares y paisajes escarpados y yermos, muchos de ellos de aires apocalípticos.
En este caso Aronofsky y Handel se han asociado con Niko Henrichon, un ilustrador nacido en Canadá pero curtido y formado en Bélgica, cuna de clásicos como Tintín o los Pitufos. Henrichon, actualmente aficando en Francia, está en la nómina de colaboradores de DC Cómics, Marvel y otras editoriales de ambos lados del Atlántico, participando en colecciones de renombre planetario como 'X-Men' o 'Spiderman'.
La nave de Aronofsky no ha sido, ni mucho menos, inmune a las turbulencias que suelen envolver este tipo de superproducciones. Cuando se trata de maridar la ficción con un elemento tan voluble como la religión las opiniones de muchos colectivos no tardan en inflamarse, como ocurrió con Mel Gibson y su 'Pasión de Cristo', fuertemente contestada por una supuesta carga antisemita y la crudeza del montaje, del que algunos lamentaron la violencia y el exceso de sangre de ciertos pasajes de la cinta. En el caso de 'Noé', que se estrena en España el próximo 4 de abril, las críticas arrecian con fuerza en el mundo islámico que ya ha anunciado su boicot mientras que en EE UU varios grupos cuestionan lo poco ortodoxo de la interpretación del personaje del Antiguo Testamento.
Pero no todo han sido interferencias externas. Emma Watson lamentó hace unos días el toque árido del rodaje, dadas algunas decisiones casi marciales del realizador, como, por ejemplo, el veto a las botellas de plástico. Una norma en clave ecológica y que se acabó traduciendo, en el caso de la británica, en una baja de tres semanas por una intoxicación producida por beber de uno de los depósitos. Aún renqueante, Arofnosky puso ante la cámara a Watson, como si quiesese borrar hasta el último rastro de la inocente aprendiz de bruja Hermione, papel por el que la actriz saltó a la fama en la saga 'Harry Potter'.
Entretanto, Crowe decidió que nadie mejor que el sucesor de Pedro para juzgar el resultado final y animó, a través de Twitter, al Papa Francisco a ver la película. «Querido Santo Padre, ¿le apetece ver la película Noé? El mensaje de la película es poderoso, fascinante y evocador», escribió hace días el actor en su cuenta de la red social.