Rubalcaba cede el protagonismo a Valenciano de cara a las europeas
El PSOE difumina las fricciones surgidas durante la elaboración de las listas con una escenificación de unidad impensable hace un año
Actualizado:El PSOE ha visto en la incertidumbre que se vive en el PP por la falta de candidato para las elecciones europeas del 25 de mayo una oportunidad de oro para sacar la cabeza y dar la vuelta a la imagen de debilidad y lío interno que le había perseguido en los dos últimos años. El principal partido de la oposición aprovechó ayer la reunión del Comité Federal que debía aprobar la lista completa de aspirantes a ocupar un escaño en la Eurocámara para reforzar el protagonismo de su candidata, la vicesecretaria general, Elena Valenciano, y lanzar el mensaje de que está listo para plantar batalla a «la derecha» mientras el partido gubernamental sigue deshojando la margarita.
No todo ha sido un camino de rosas y, como suele ser habitual, la confección de la candidatura ha provocado fricciones. En esta ocasión, además, el empeño -ya institucionalizado para el futuro- por hacer una lista cremallera entre mujeres y hombres hacía las cosas todavía más complicadas. Sin embargo, llegado el momento de la votación, logró el respaldo del 98% de los miembros del máximo órgano de decisión del partido. Hubo solo cuatro votos en contra y dos abstenciones. Los más críticos fueron los miembros de la corriente minoritaria Izquierda Socialista; los baleares que se quedaron sin un puesto de escaño asegurado y la federación de participación y diversidad.
Fuera del encuentro, el líder de los socialistas valencianos, Ximo Puig, también mostró su disgusto por el modo en el que se habían conducido las conversaciones, aunque aseguró no encontrar pega al resultado final. En el último momento tuvo que proponer como alternativa a su primera apuesta -la voz socialista contra la corrupción en las Cortes Valencianas, Ángel Luna- a la responsable de políticas económicas e Igualdad en la ejecutiva del PSOE, Inmaculada Rodríguez Piñero, que ya prevé abandonar su actual cargo para dedicarse en exclusiva al trabajo en Estrasburgo. Por mor de la igualdad no había encaje para Luna antes del escaño 18, cuya obtención no está asegurada, y a Piñero en cambio se le pudo ubicar en el séptimo lugar.
El caso es que los socialistas llegan a la antesala de las europeas con más ilusión de lo que habría cabido esperar hace seis meses. E incluso los más críticos se muestran ahora dispuestos a arrimar al hombro.
«Hechos y votos»
El partido al completo se ha puesto ahora al servicio de Valenciano. El secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha salido voluntariamente fuera del foco y, de hecho, su discurso ante el Comité de ayer no fue, como suele ser habitual, abierto a los medios de comunicación. En el comité de campaña aseguran que el líder socialista hará mítines, pero probablemente menos que José Luis Rodríguez Zapatero en 2009. El caso es que ayer fue a su número dos a la que se oyó decir que ha llegado el momento de demostrar «con hechos y votos» que lo que proclamó Rubalcaba en noviembre, que el PSOE «ha vuelto», no es mera palabrería.
Aquel grito fue el colofón de una Conferencia Política de renovación ideológica que aplaudieron hasta los adversarios internos como punto de inflexión para poder ofrecer, entre otras cosas, un discurso económico alternativo al del PP y rupturista con su propia acción de Gobierno en las dos últimas legislaturas. Pero en la dirección del partido admiten que aún tienen dificultades para resultar creíbles en ese terreno y ven en las europeas un modo de ponerlo a prueba.
La participación en estos comicios nunca ha sido excesivamente alta pero Valenciano subrayó que ahora se percibe más que nunca el impacto que tienen las políticas europeas en el devenir diario del país e hizo hincapié en que por primera vez la presidencia de la Comisión Europea dependerá de cuál sea el grupo mayoritario de la cámara y no de acuerdos entre países. «Tenemos que ganar para que haya una mayoría socialista en Estrasburgo capaz de hacer frente a la derecha europea que tanto daño ha hecho a España», argumentó la candidata.
Y en prevención de una fragmentación del voto hacia Izquierda Unida añadió: «Ha llegado la hora de la izquierda al timón. Y me refiero a la izquierda que puede, a la izquierda que sabe, a la izquierda que ofrece soluciones de verdad».