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ESPAÑA

Convergència diseña en su congreso nacional el día después de la independencia

El partido de Artur Mas asegura que España debería entregar a ese futuro Estado catalán una parte de las obras del museo del Prado

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Convergència aprieta el acelerador. La formación nacionalista, la parte mayoritaria de la coalición de CiU y la más soberanista desde el punto de vista ideológico, redobló ayer su desafío al Estado central y fijó ya por escrito la bases del futuro estado catalán. Cuando todavía ni siquiera se sabe si la consulta soberanista se celebrará el próximo 9 de noviembre, Convergència Democrática de Catalunya (CDC), el partido de Artur Mas, ya piensa en el día después de la proclamación de la independencia.

Las ambigüedades y los eufemismos son recuerdos del pasado, de la época de Jordi Pujol, y la secesión no es un horizonte planteado de manera retórica, sino que forma parte del objetivo de la formación a corto plazo. Su idea es crear un nuevo Estado, fruto de la voluntad del pueblo, a través de un «proceso constituyente», según recoge una de las ponencias discutidas durante la convención nacional que el partido nacionalista celebra este fin de semana. «Nos hemos fijado el reto de conseguir un estado porque es el mejor instrumento para seducir a la gente», señaló el secretario de Organización, Josep Rull.

El cónclave convergente no solo se está dedicando a escribir «cómo debe ser la Cataluña independiente», sino que se ha diseñado para preparar a sus bases para las dos grandes citas de este año: las europeas y la consulta del 9 de noviembre. Y es que, Convergència afronta con dudas los comicios al Europarlamento, ya que por primera vez puede salir derrotada por Esquerra. El aumento del tono independentista de CDC tiene una lectura electoral para frenar la huida de votos a ERC, pero también puede interpretarse en clave de consulta, para mantener movilizadas a las bases de cara al 9-N.

El incremento del tono independentista de Convergència buscó además lanzar un mensaje al Gobierno central, con el que se intuye que Mas inicie algún tipo de negociación después de las elecciones europeas. De momento, el diálogo entre ambas administraciones tiene lugar únicamente a distancia y por la vía declarativa. Desde el Palau de la Generalitat replicaron ayer al informe del ministro José Manuel García-Margallo, que asegura que la Cataluña independiente nacería un 20% más pobre, señalando que si el Gobierno reduce la cuestión catalana al dinero «es que no entiende nada». «Intentan atemorizar a nuestra población diciendo que nos quedaremos pobres como ratas», señaló Francesc Homs.

Se exigirá el catalán

Para llegar al futuro Estado catalán, Convergència plantea «refundar políticamente» el país con el objetivo de «combatir desigualdades y discriminaciones, erradicar la pobreza, estimular la sostenibilidad ambiental, las potencialidades de los territorios y la educación como fuente de ciudadanía plena».

La Cataluña separada de España se asentará sobre una «justicia independiente», una Hacienda basada en el modelo nórdico, un régimen electoral nuevo, una política migratoria que se rija según «las necesidades laborales y demográficas» y para la futura obtención de la nacionalidad catalana será «necesario acreditar un conocimiento mínimo de la lengua, historia y cultura catalanas». Sobre la pertenencia a la UE, la formación nacionalista admite en sus ponencias que existe un «riesgo» de quedarse fuera, según los tratados, aunque confía que la «Unión Europea no podría presentarse ante el mundo como proyecto de paz, de democracia y de integración territorial y, al mismo tiempo, expulsar a una de las naciones más antiguas de Europa». CDC, que cuenta con su sede embargada por el 'caso Palau', proyecta además que una hipotética Cataluña independiente adoptaría los sistemas internacionales más avanzados en la lucha contra la corrupción.

Los ponentes entraron tan al detalle en el diseño del futuro Estado catalán que hasta reclamaron una parte del museo del Prado (en concreto, 'Las Meninas'), como parte del hipotético reparto de los activos y pasivos cuando la secesión se haya consumado.