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El Atlético Sanluqueño sumó tres puntos muy valiosos que le permite seguir soñando con la permanencia. :: ANTONIO VÁZQUEZ
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El Sanluqueño se aferra a la esperanza

El equipo gaditano reacciona tras una mala primera mitad en la que La Roda perdona y se reencuentra con la victoria en casa merced a los tantos de Jose y AntónDos goles de estrategia a la salida del córner dan vida a los verdiblancos en El Palmar

SANLÚCAR.Actualizado:

La Leti se aferra al milagro, a su última esperanza. Se dejará el último aliento si hace falta, porque lo imposible sólo es difícil en El Palmar. Se está especializando en gestas épicas, y aunque esta vez ha concedido demasiada ventaja a la de la guadaña, victorias como las de ayer obligan al menos a sentir la duda.

El Sanluqueño parecía entregado, un equipo sin alma, sin mordiente, sin moral. Hundido psicológicamente, abatido. Superado por un contrario que le perdonaba la vida en el primer asalto. Pero Puma tenía un plan. Una estrategia, a golpe de pizarra. Dos saques de esquina, rematados por Jose primero y Antón después, firmaban la reacción y sumaban tres puntos para mantener las constantes vitales en orden. Pero esta medicación deberá tener continuidad, tomarse cada semana para recuperar el buen juicio.

El final ni se imaginaba al principio. La Roda controlaba desde el inicio a su rival, ni le permitía el empuje del comienzo, esos latigazos de cualquier moribundo orgulloso. Pronto le ahogaba en su propio agobio, le nublaba las ideas y le demostraba ideas mucho más claras. Mientras Monteagudo alineaba un once competitivo, con Viyuela y N'Gal con mucho peligro arriba, Puma dejaba en el banquillo a su único delantero (Antón) y colocaba a Peral en punto, con Poley por detrás.

Los rojillos, muy serios, aguantaban las intentonas del rival, donde sólo destacaba el empuje de Salvi y Juanse, los mejores aunque desconocidos, lejos de su mejor nivel. Sabían que los sanluqueños son generosos y el error llegaría en cualquier momento. Al cuarto de hora se producía el primero. El zaguero Jose no acertaba en el despeje y dejaba a N'Gal solo ante Facundo, pero el africano lanzaba la bola fuera, muy pegadita al poste.

La Roda cedía la iniciativa a los verdiblancos, confiada en robar para matar al contragolpe. No obstante, los castellanos, a medida que pasaban los minutos y no aumentaban su dominio, comenzaban a dar vida a su adversario. Juanse lo intentaba con un disparo lejano, sin éxito.

El tiempo pasaba sin noticias en ninguna de las áreas. Los manchegos más tranquilos porque el punto resultaba buen botín y además se encontraban más cerca de la victoria. Los gaditanos mucho más nerviosos, superados por los acontecimientos. Máxime cuando al filo del descanso una volea de Viyuela rozaba la escuadra de la meta de Facundo. Por esta ocasión y la primera de N'Gal los manchegos merecían mejor suerte en el marcador antes de marcharse al descanso, aunque los sanluqueños también tenían su opción en la última jugada de la primera parte.

Pero tras el descanso todo cambió. La escuadra local saltaba mucho más enchufada en la segunda mitad, apretando con intensidad arriba y creando peligro merced a faltas laterales y centro desde las bandas. Óscar Silva aparecía saliendo del banquillo para apoyar a los suyos en un cambio muy acertado.

La Roda se veía superada por la agresividad verdiblanca, que pronto obtenía su recompensa de la forma en que se esperaba. Córner botado desde la derecha y Jose cabeceaba tras un salto imponente al fondo de las mallas.

El tanto dejaba muy tocado a los de Monteagudo, que habían perdonado en la primera mitad y ahora se topaban con el castigo. El Sanluqueño se quitaba de un plumazo los miedos y empezaba a ofrecer argumentos para sentenciar al contragolpe. La Roda se hundía incomprensiblemente, incapaz de nada, ofreciendo una versión que le acerca a Tercera. Y su adversario, crecido, se aprovechaba de una jugada calcada a la del primer gol para matar el choque.

De nuevo Poley botaba un córner al corazón del área y en esta ocasión remataba Antón, en una cabezazo menos limpio pero igual de efectivo, para poner tierra en el marcador y sentenciar. Para aferrarse al milagro. El gol postrero de Matías Saad, sin tiempo ni siquiera para que afloraran los nervios en El Palmar, sólo servía para decantar el 'goal average' a favor de los manchegos. Pero con tres puntos en el bolsillo... ¿eso qué más da?